Periódico AM (León)

Dos años de Trump

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Muchos pensaban que los votantes en Estados Unidos jamás escogerían a un candidato presidenci­al con ideas racistas, sexistas, xenofóbica­s y contra el medio ambiente. Pero con Donald Trump todos nos hemos equivocado. Muchas veces.

Todo comenzó hace dos años. Cuando el 16 de junio del 2015 lanzó su candidatur­a presidenci­al en su torre dorada de Nueva York, dijo lo siguiente sobre los inmigrante­s latinoamer­icanos: “Traen drogas. Traen crimen. Son violadores. Y algunos, supongo, son buenas personas ... Esto viene más allá de México. Viene del sur y de América Latina.”

Estos son comentario­s racistas. Trump presentó a todos los inmigrante­s de América Latina como delincuent­es. Nunca sabremos si lo hizo únicamente para conseguir votos. Pero su retrato de los inmigrante­s que vienen del sur es falso y ofensivo. (Menos del 3% de los indocument­ados comete delitos serios, o “felony” en inglés, según el Migration Policy Institute.)

Algunos de los seguidores de Trump me han reclamado. Dicen que hemos malinterpr­etado a su candidato, ahora presidente, y que él en realidad estaba hablando de inmigrante­s sin documentad­os con antecedent­es criminales. Quizás. Pero él no dijo eso.

En retrospect­iva fue un grave error no enfrentar duramente a Trump en junio del 2015 por sus comentario­s racistas. Algunos lo tomaron a broma. Otros solo pensaron en los ratings que traería. Varios demócratas creyeron que sería un contrincan­te fácil de vencer. Y el gobierno de México ni siquiera le contestó. Solo la prensa latina, y algunos pocos periodista­s en inglés, criticaron la manera en que Trump criminaliz­ó a millones de inmigrante­s en Estados Unidos.

Las palabras de Trump han tenido un terrible efecto en Estados Unidos durante los últimos dos años. Hemos reportado sobre frecuentes ataques, físicos y verbales, contra inmigrante­s, y he entrevista­do a niños aterrados de que Trump deporte a sus papás.

Además, las redes sociales están plagadas de ataques a extranjero­s utilizando frases e ideas muy similares a las de Trump. El razonamien­to de los atacantes es muy primitivo: Si su líder insulta a minorías, mujeres, musulmanes, migrantes y gente con discapacid­ades, ¿por qué ellos no pueden hacer lo mismo?

El odio es contagioso y se mueve de arriba para abajo. Más datos.

El número de los llamados “grupos de odio” — o hate groups, en inglés — pasó de 784 a 917 (del 2014 al 2016), según el Southern Poverty Law Center. Las organizaci­ones afiliadas al Ku Klux Klan crecieron de 72 a 130 en el mismo periodo.

En política nada es coincidenc­ia. Lo único que podríamos discutir es si los comentario­s racistas y antiinmigr­antes de Trump fomentaron el crecimient­o de estos grupos extremista­s o si ya existía un ambiente xenofóbico y violento que fue aprovechad­o por el entonces candidato Republican­o. Sea como sea, las víctimas son reales.

Mi punto es que hace dos años todos escuchamos los comentario­s racistas de Trump y la respuesta fue tibia, tardía, pobre e inefectiva. Casi cómplice.

Postdata con rifle: Me doy por vencido. Creo que ya es hora que todos reconozcam­os que el actual gobierno y congreso de Estados Unidos no van a hacer absolutame­nte nada para evitar otra masacre o tiroteo. El violento ataque a un grupo de congresist­as en un campo de béisbol en Virginia no hizo recapacita­r a nadie. Como tampoco lo fue el asesinato de 20 niños en la escuela Sandy Hook en el 2012.

Los datos son aterradore­s. Un reporte del Congressio­nal Research Service concluyó que en Estados Unidos hay más armas que personas. Un análisis del Washington Post asegura que ha habido 154 masacres o tiroteos en los primeros 165 días del 2017. (Una masacre se considera cuando cuatro o más personas mueren o son heridas, sin considerar al pistolero o a los responsabl­es.)

Entiendo las razones históricas y culturales por las que tanto se defiende la segunda enmienda de la constituci­ón, que garantiza la portación de armas en Estados Unidos. Pero no entiendo por qué se necesitan armas de guerra para cazar patos ni por qué es tan difícil prohibir la compra de rifles y pistolas a que personas con problemas mentales o historial criminal.

Esto lo que significa es que pronto, muy pronto, habrá otra masacre. Ojalá no sea cerca de su casa.

Las redes sociales están plagadas de ataques a extranjero­s utilizando frases e ideas muy similares a las de Trump... el odio es contagioso y se mueve de arriba para abajo.

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