Periódico AM (León)

Sólo quedan los gallos...

- Jose Antonio Castro Murillo jcastro@periodico.am

La incertidum­bre y el miedo se sienten en los alrededore­s del salón de eventos California, en Purísima del Rincón.

La noche del miércoles todo era llanto y caos, con un par de docenas de heridos y ocho muertos por un ataque a balazos cuando se llevaba a cabo una pelea de gallos; ayer sólo estas aves quedaban adentro, quizá olvidadas.

Bicicletas, automóvile­s, motonetas, camionetas, toda clase de vehículos pasa afuera del lugar de la masacre mientras las cintas plásticas que delimitaba­n el área están amontonada­s junto a manchas de sangre de las víctimas.

Todos cuantos pasan afuera del salón de la Adolfo López Mateos voltean su mirada a la puerta blanca en que un orificio de bala en el cristal y la huella de una mano ensangrent­ada son muestra de la masacre ocurrida media hora después de las 9 de la oche.

“Sensaciona­les torneos de gallos”, se lee en los programas del evento colgados en la puerta; otros quedan en el piso, tirados por el viento.

Pasado el mediodía, adentro del inmueble resuena el canto de los gallos.

“Estábamos adentro, bendito sea Dios... siempre estamos aquí afuera, siempre. Y anoche llegamos de León y nos metimos, y apenas en lo que acabábamos de sentarnos que empiezan las detonacion­es... cerramos la puerta y nos fuimos para adentro”, narra una vecina.

Enfrente, un comerciant­e. “Conmigo no había ni clientes, está un puro muchacho ahí echándose una torta, y ¡pas! que se oye bien fuerte ¿verdad?, no pues yo luego luego corrí y metí a mi mujer y a mis niños”, dice.

Un día después las camionetas de la Policía Militar llegan a ratos para resguardar el lugar.

“Nosotros no hacemos investigac­iones, pero para entender la parte operativa tenemos que entender la parte mecánica de lo que pasa para poder prevenir”, dice el comandante de la XII brigada de la Policía Militar, José Luis Chiña Silva.

Los únicos que están fijos son dos elementos de la Policía Municipal, quienes desde la banqueta de enfrente observan a quienes merodean por la zona.

“Tengo 22 años viviendo aquí, nunca me imaginé que iba a ver algo así aquí, años atrás todo era bien tranquilo, tiene apenas poco que empezó toda esta violencia”, dice Julia, otra vecina.

La balacera pasó, pero los vecinos tienen miedo.

“Nos quedamos bien nerviosos todos aquí, a ver si cierran eso mejor (el salón), ni fiestas ni nada. Había pleitecill­os cuando eran sólo fiestas, pero nunca nada así”, dice Juan.

Los neumáticos ruedan y los autos pasan frente al salón de eventos California, los peatones ven las manchas de sangre en la calle y tratan de no pisarlas, mientras voltean a ver el lugar de la masacre.

 ??  ?? Policías militares encabezado­s por el comandante José Luis Chiña Silva acudieron al lugar en que ocho hombres fueron masacrados cuando presenciab­an una pelea de gallos. Don Alfredo López García fue uno de los ocho hombres asesinados en Purísima.
Policías militares encabezado­s por el comandante José Luis Chiña Silva acudieron al lugar en que ocho hombres fueron masacrados cuando presenciab­an una pelea de gallos. Don Alfredo López García fue uno de los ocho hombres asesinados en Purísima.
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El agujero dejado por una bala y la huella de una mano en la puerta del salón California.
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