Ven mano rusa en comicios
» Senadores republicanos presentan documentos que apoyan la teoría de que el Gobierno de Putin intervino en las elecciones presidenciales de EU
El Comité de Inteligencia del Senado, de mayoría republicana, sostiene que Rusia interfirió en las elecciones presidenciales de 2016 con el fin de favorecer la victoria de Donald Trump, una tesis que se alinea con la de los servicios de inteligencia de Estados Unidos, pero que choca con lo planteado hace solo dos meses por los propios republicanos de la otra cámara del Congreso, la de Representantes.
En dicho comité, los con- servadores emitieron su propio informe -sin el apoyo de los demócratas- en el que exoneraban al presidente republicano de cualquier arreglo con el Kremlin y, además, rechazaban la idea de que el objetivo de Moscú fuera ayudar al neoyorquino a llegar a la Casa Blanca. La declaración difundida ayer por el otro comité, en cambio, tiene apoyo de los dos partidos.
No es el informe final del Comité de Inteligencia del Senado sobre la injerencia electoral rusa, pero sus conclusiones son claras. Trump minimizó la aseveración de los servicios de inteligencia sobre los esfuerzos de Moscú para ayudarle a ser presidente, negó cualquier coordinación con Rusia y dijo sufrir una “caza de brujas”.
“Nuestro personal determinó que las conclusiones (de los servicios de inteligencia) eran precisas y correctas”, dijo el vicepresidente del comité del Senado, el demócrata Mark R. Warner, en una declaración conjunta con el presidente, el senador republicano Richard Burr.
Los servicios de inteligencia dieron por seguro en su informe parcialmente difundido a primeros de 2017 que el Gobierno de Vladimir Putin intentó ayudar al republicano a ganar las elecciones en detrimento de Hillary Clinton.
Para llevar a cabo esta interferencia, realizaron ciberataques, difundieron correos privados de los demócratas y propaganda tóxica para la exsecretaria de Estado, de acuerdo con sus conclusiones.
La investigación de la injerencia de Moscú en las cámaras legislativas se ha desarrollado en paralelo a la iniciada hace casi un año por el fiscal especial Robert Mueller, y que trata de esclarecer si hubo dicha conchabanza entre el Kremlin y el círculo de Trump.
Las pesquisas también exploran si hubo obstrucción a la justicia por parte del presidente de Estados Unidos, que alimentó esta sospecha cuando en mayo del año pasado despidió a James Comey como director del FBI, cuando se hallaba encima de este caso. Comey declaró poco después haberse sentido presionado para zanjar rápidamente el asunto.