Renuncian todos los obispos chilenos ante el Papa
La limpieza en el episcopado chileno que desde hace días tenía el Papa en la cabeza ha empezado a coger forma.
Después de los encuentros privados que ha mantenido el Pontífice los tres últimos días con los obispos del país sudamericano en el Vaticano para depurar responsabilidades por los casos de abusos sexuales por parte del clero en las últimas décadas, ha llegado el anuncio.
Como medida inmediata, todos los obispos del episcopado chileno han presentado su renuncia en bloque y han puesto sus cargos a disposición de Francisco “para que libremente decida con respecto a cada uno de nosotros”.
A partir de este momento, el Papa deberá decidir si acepta todas las renuncias o por el contrario solo alguna de ellas, lo que de algún modo confirmaría el grado de implicación y responsabilidad de cada prelado en los casos. Este proceso podría prolongarse en el tiempo y durar días, semanas e incluso años, si el Pontífice decidiera llevar a cabo una depuración completa de la Iglesia chilena, que podría ser progresiva.
Ahora queda por ver qué sucederá con aquellos obispos a los que Francisco sí acepte su renuncia y cuál será su destino.
Desde 2015 los casos de abusos en Chile por parte del clero han gravitado en torno al nombre del obispo de Osorno, Juan Barros, acusado de encubrir los abusos del expárroco Fernando Karadima. Durante su reciente viaje a Chile, el Papa defendió a Barros, que siempre negó las acusaciones. Pero las protestas de las víctimas desencadenaron el proceso de investigación que ha derivado en este proceso de purga.
Las víctimas de los abusos en Chile se mostraron satisfechos por esta acción.