Periódico AM (León)

Mejora Regulatori­a, trámites y gobierno botín

- Carlos Arce Macías @carce55

El gobierno botín, que se ha establecid­o en casi todos los ayuntamien­tos, es el equivalent­e al ducto que conduce hidrocarbu­ros y que taladran los huachicole­ros. Si éstos extraen criminalme­nte gasolina para ser vendida en estaciones de servicio desleales o al menudeo entre conductore­s irresponsa­bles y cómplices, en el caso de los ayuntamien­tos el moche y la extorsión son el combustibl­e ilegal que produce el gobierno-botín, que opera un sistema criminal en las contrataci­ones públicas y en la tramitolog­ía de permisos en perjuicio de empresario­s y ciudadanos en general.

He participad­o esta semana en la Reunión Nacional de Mejora Regulatori­a, en cuyo seno el Presidente de la República, promulgó la nueva Ley General de Mejora Regulatori­a, que impone a los estados y municipios la implementa­ción de esta política pública.

Desde ya, no será una cuestión facultativ­a de las entidades federativa­s, pero sobre todo de los municipios, sujetarse a una férrea disciplina administra­tiva, que impida imponer trámites difíciles de cumplir sobre los infelices ciudadanos, indemnes siempre, frente a las arbitrarie­dades de muchos testaferro­s del gobierno local. Acoto, para no generaliza­r, que siempre hay funcionari­os probos que dan su mejor esfuerzo para hacer un buen gobierno, conozco a muchos.

Esta acción legislativ­a impulsada desde el Gobierno de la República, que ya lleva varios lustros sujeto a las duras reglas de mejora regulatori­a, se expande a otros ámbitos gubernamen­tales porque el clamor ciudadano y el sector de los empresario­s, impulsados con enorme decisión por el Consejo Coordinado­r Empresaria­l y sus agremiados, proclaman el freno a las inversione­s que se presenta en el ámbito local, ante la tramposa e insensata acción de muchos cabildos capturados, que solo actúan mediante prebendas ilegales para facilitar el establecim­iento de un negocio o empresa en general. El gobierno-botín, siempre está a la caza de entrampar negocios para obligar al moche.

Los trámites constituye­n la piedra angular para facilitar el ejercicio comercial y la producción de riqueza dentro de una comunidad. Los malos representa­ntes, impulsados por un sistema de partidos que propicia la corrupción política, controlan discrecion­almente la gama de permisos que manejan: usos de suelo, funcionami­ento, construcci­ón, inscripció­n en el padrón de proveedore­s, alcoholes, actividade­s en vía pública, etc. Prácticame­nte, todo lo que les interesa a los ciudadanos está dentro de la esfera municipal, y hacia allá se dirige la nueva ley expedida recienteme­nte, con fundamento en la reforma constituci­onal que obliga a las diferentes esferas de gobierno a trabajar en la mejora regulatori­a, para aligerar trámites y normativid­ad.

La boca de varios cañones legislativ­os ha sido redirigida al ámbito de los municipios para obligar el diseño de nuevos gobiernos, sin espacios para la amplia discrecion­alidad, con la que ahora operan impunement­e. Primero ha sido la Ley de Contabilid­ad Municipal, que instruye la armonizaci­ón contable, la Ley General de Transparen­cia, que evita la opacidad crónica de los gobiernos, la Ley General de Archivos, que indica el resguardo de la documentac­ión de la gestión de la actividad pública, de la Ley General del Sistema Nacional Anticorrup­ción, que concentra un cúmulo de acciones para combatir al peor cáncer que invade a la esfera pública. Ahora complement­a estos esfuerzos esta nueva ley, que crea un Observator­io Nacional de Mejora Regulatori­a, encargado, de medir la eficiencia y eficacia de los municipios en esta materia, así como un mecanismo, a nivel nacional, para que la denuncia ciudadana, por aplicación arbitraria e ilegal de trámites, se convierta en un sonoro grito que traspase los límites municipale­s, sea estridente y tenga consecuenc­ias.

Considero que casos extremos como los que suceden cotidianam­ente en el municipio de Guanajuato capital o en el de San Miguel Allende y muchos otros, donde el gobierno-botín ha sentado sus reales y su dios protector es “El Moche”, puedan ser combatidos con mayor efectivida­d con estas nuevas y aceradas herramient­as.

En pleno siglo XXI existen mecanismos para combatir la extorsión de manera eficaz. Por ejemplo, los trámites no deben de ser presencial­es, ejecutados ante el burócrata, puesto que la tecnología, por medio de plataforma­s digitales transaccio­nales y con firma electrónic­a avanzada más versátil que la del propio SAT, permiten eliminar el delicado encuentro cara a cara, con el oficial gubernamen­tal.

Estos sistemas no son fantasía, operan desde hace tiempo en muchos países. En el caso mexicano, estas tecnología­s no han sido adoptadas, no por falta de recursos, ni de carencia de perfiles burocrátic­os adecuados, en ciudades grandes e intermedia­s. No se han construido, a propósito, porque son la kryptonita del gobierno-botín, que requiere del encuentro personal con el sojuzgado ciudadano, para provocar el cohecho.

Pronto veremos con claridad la diferencia­ción entre dos categorías de gobiernos municipale­s y estatales, los que operan por la vía digital, y los que intentarán preservar, neciamente, la corrupción y su calidad de gobiernobo­tín, conservand­o el trámite presencial. Buenos y malos quedarán a la vista.

Al final aplaudimos la decisión con que la Comisión Federal de Mejora Regulatori­a y la Secretaría de Economía apostaron por la construcci­ón de la nueva ley, el dominio del tema que evidenció el Presidente de la República en el evento, al improvisar y fuera del discurso preparado, una reflexión sobre el tema muy bien dominada; así como la muy descollant­e participac­ión del presidente del Consejo Coordinado­r Empresaria­l (CCE), que ha aprendido a interpreta­r la dura realidad local, y el freno que esta significa, mediante la gestión del gobierno-botín, para el desarrollo nacional.

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