Luna artificial
róximamente la ciudad China de Chengdu podría tener una segunda luna. Se trata de una propuesta para construir una “luna artificial” que en realidad es solo un enorme espejo orbitando la
Ptierra en una órbita geoestacionaria. Se proponen colocar esta segunda luna para el año 2020.
El propósito es ahorrar en el costo del consumo eléctrico de iluminación nocturna de la ciudad. La luna artificial sería ocho veces más brillante que nuestro satélite natural aunque solo iluminaría sobre la Tierra una circunferencia con un radio aproximado de ochenta kilómetros. Se están calculando detalles técnicos precisos por la Agencia Espacial China para valorar el impacto ambiental de este proyecto.
Por ejemplo, nuestra Luna natural puede ser vista en la Tierra desde cualquier lugar pero no se sabe con precisión cuál será la visibilidad para observadores distantes de esta segunda luna artificial.
Existe también la preocupación de la forma en que esta luna artificial podría afectar las observaciones astronómicas o la vida nocturna animal pues se sabe que muchos animales son muy sensibles a la luz y fases de la Luna. Con esta luna artificial el nivel de iluminación nocturno sería casi constante a lo largo del año y no es claro el efecto que esto tendrá. Otro ejemplo del efecto de la luz de la Luna sobre la vida en la Tierra se encuentra en la gran barrera de coral de Australia en donde la actividad reproductiva está fuertemente vinculada a la luz de la Luna. La brillantez de esta luna artificial superaría con mucho a la de nuestra Luna natural pues será construida con una superficie de muy alta reflectividad óptica con objeto de reflejar la luz del Sol sobre la Tierra. Recordemos que la superficie de la Luna natural que está compuesta de polvo, arena y pie- dras, que en conjunto no tienen muy alta reflectividad. Definiendo un reflector perfecto como uno que tiene una reflectividad de uno, mientras que una superficie que no refleja nada tiene reflectividad de cero; entonces Venus tiene una reflectividad de 0.65 lo cual significa que el sesenta y cinco por ciento de la luz que incide en ese planeta es reflejada por las nubes de la atmósfera que le rodean. Mercurio tiene una reflectividad de 0.11, Marte de 0.15, Júpiter de 0.52, Saturno de 0.47, Urano de 0.51, Neptuno de 0.41 y la Luna de 0.12.
Es importante subrayar que estas cantidades son valores promedio. Por ejemplo, para la Tierra se tiene un valor de 0.37, sin embargo este número es el resultado de tomar en cuenta muchos factores que además cambian a lo largo de cada año. Por ejemplo, las nubes de la Tierra tienen un valor de 0.4 a 0.8, las superficies cubiertas de nieve tienen valores de 0.4 a 0.85, los bosques de 0.04 a 0.1 y el agua de 0.02 a 0.8 dependiendo del ángulo de incidencia.
Vale recordar que desde la última década del siglo pasado Rusia propuso colocar un enorme espejo espacial para iluminar algunas pequeñas ciudades en Siberia, pero el proyecto nunca se concretó.
Existe también la preocupación de la forma en que esta luna artificial podría afectar las observaciones astronómicas o la vida nocturna animal pues se sabe que muchos animales son muy sensibles a la luz y fases de la Luna