Periódico AM (León)

Se agrava crisis por gasolina

» Largas filas durante horas o días, pérdidas económicas y precios elevados, es parte de lo que padecen los guanajuate­nses por la falta de combustibl­e

- Nuñez

En Irapuato, Juanita tuvo que esperar un día y medio para cargar combustibl­e, la noche la pasó en vela con la esperanza de conseguir gasolina; además, no pudo llevar a sus hijos a la escuela porque tuvo que formarse.

“A pesar del frío y todo tuvimos que esperar muchas horas para obtener gasolina, lo cual ocasionó que haya dejado de llevar a mis hijos a la escuela, tuve que venir a hacer fila toda la noche; mis hermanos vinieron a relevarme en la madrugada solo unas cuántas horas porque ellos se van a trabajar por la mañana muy temprano”.

En Pénjamo, Abasolo y Huanímaro, el combustibl­e se vende de forma racionada.

“No se vale que necesitemo­s perder días de trabajo para suministra­rnos de tan solo 20 litros”, dijo un ciudadano.

También denuncian que por indicación de Protección Civil solo están surtiendo garrafas de 5 litros por persona.

Se caen las ventas

En Salamanca, la escasez ya afectó al comercio y a la industria, donde se registran pérdidas de hasta el 50%.

Mientras en las estaciones de servicio hay filas kilométric­as de vehículos esperando para cargar, el Centro Histórico lucía desolado, pues el atraso en la entrega de mercancías ha provocado que las ventas disminuyan; otros sectores han parado labores.

“Los proveedore­s tienen dos semanas que no han venido a surtir. Dijeron que por problemas en unidades se han atrasado (…) hay materiales que ya no tengo y me han estado pidiendo, sí se ha bajado como un 50%”, dijo Manuel León, dueño de una papelería.

En Jaral del Progreso, automovili­stas que se formaron desde las tres de la mañana en una de las dos gasolinera­s que hay, se enteraron que durante todo el día no habría servicio.

“Llegamos desde la madrugada, hemos avanzado lugares porque hay vehículos que ya se retiraron pero nosotros aunque queramos ya no podemos porque corremos el riesgo de quedarnos a la mitad del camino”, dijo Eugenio Sánchez, de Valle de Santiago.

Desde el miércoles, en las estaciones de servicio se informó que no se venderían más de 800 pesos por vehículo y no se llenarían garrafas.

En Guanajuato capital, los automovili­stas se forman desde un día antes para conseguir combustibl­e.

El miércoles, el alcalde Alejandro Navarro comunicó que sólo se venderían 300 pesos de gasolina por vehículo y 100 pesos en bidones.

“Venimos en camioneta, mis parientes se fueron ahorita porque tenían que trabajar, y no necesitamo­s cinco litros (gasolina) necesitamo­s más”, dijo Alfredo Ortega, de la comunidad Cañada de Bustos, quien se formó desde las ocho de la noche del miércoles.

En Celaya, las calles del Centro lucen vacías de autos, ya que éstos permanecen estacionad­os en las gasolinera­s esperando su turno.

“Dicen que ya se va arreglar eso, nada más en lo que tapan lo que está destapado. Hay que tener fe los que tienen carro, uno usa camión”, comentó Alberto, de la zona Centro.

Comerciant­es de la Central de Abastos reportan una disminució­n del 50% en sus ventas con pérdidas que ya se valoran en miles de pesos, además del cierre de varias bodegas.

En Cortazar, los automovili­stas tienen que esperar en promedio ocho horas para poder cargar combustibl­e.

“Me formé desde las 7:00 de la noche y pasamos toda la madrugada aquí hasta que llegó la pipa, es cansado porque no duermes bien, ahorita ya me voy a trabajar y no dormí más que dos horas”, dijo José Almanza.

Ayer, alrededor de las 10:30 de la mañana el combustibl­e se acabó en las cuatro estaciones que hay en la ciudad.

En Comonfort, la gente tiene que esperar tres horas en promedio para poder cargar gasolina.

De las cuatro estaciones que hay, ayer sólo dos tenían servicio aunque en una de ellas se terminó en cuestión de horas.

“Está canijo, estoy desde las 7:30 de la mañana, dicen que es una pipa, no creo que con eso alcance, pero esperemos que sí porque esto afecta a todos”, dijo un señor que esperaba su turno.

Tanto en Moroleón como en Uriangato, el abasto de gasolina ha sido limitado, pues de las 11 estaciones que hay entre los dos municipios, sólo seis han sido abastecida­s.

En una de ellas, una persona que esperaba en su auto sufrió un ataque epiléptico, un médico que se encontraba en el lugar logró controlarl­o.

En Acámbaro, los ciudadanos tienen que investigar en cuál estación de servicio va a llegar una pipa para prácticame­nte correr a formarse.

En Yuriria, la única estación de servicio que cuenta con combustibl­e lleva un control de los vehículos formados marcándolo­s con un número en el parabrisas, y sólo venden una garrafa por unidad.

En San Francisco del Rincón, se han presentado varios incidentes en siete de las 17 estaciones de servicio.

Una de ellas fue un hombre armado que intentó meterse en la fila, aunque al final se dio a la fuga; y una camioneta que fue impactada por el tren. La fila de vehículos y de personas en una estación de servicio, en el municipio de Moroleón, esperando cargar combustibl­e./Ricardo

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