Periódico AM (León)

Regalan empresas comida a empleados

En Estados Unidos, ofrecer a los trabajador­es comer gratis o a muy bajo costo es una costumbre implantada desde los años noventa, cuyo fin es mejorar la productivi­dad

- Priya Krishna Nueva York

Todas las personas que trabajan en las oficinas principale­s de Ben & Jerry’s en Burlington, Vermont, tienen derecho a consumir 1.5 litros de helado todos los días laborables. En el American Enterprise Institute, un centro de estudios conservado­r de Washington, a los empleados se les ofrece diariament­e un elaborado bufé de comida elegante como costillas, tartas de cangrejo y buñuelos caseros, muy apropiado para ellos.

También en las oficinas de la empresa de arquitecto­s Perkins Eastman, que tiene presencia en tres continente­s, los miembros del personal pueden comer todo tipo de bocadillos gratis, siempre y cuando sean anaranjado­s: el color que tiene el logo de la empresa. En Nueva York, eso significa muchos Cheetos, galletas Goldfish y Doritos con sabor a queso.

Costumbre obligatori­a

La comida gratuita ha tenido una gran presencia en los sitios de trabajo de Estados Unidos desde la década de los noventa, cuando Bloomberg y algunas empresas emergentes como Google comenzaron a ofrecer bocadillos con la esperanza de que los empleados estuvieran más contentos o saludables, que fueran más productivo­s y menos propensos a distraerse de las tareas que estuvieran realizando.

Sin embargo, actualment­e esta costumbre es casi obligatori­a, ya que las empresas se esfuerzan muchísimo por ofrecer comida gratis o a muy bajo costo. Las propuestas han aumentado de tamaño, alcance y especifici­dad: al- gunas han sido diseñadas de acuerdo con la misión de la empresa, otras como un reflejo involuntar­io de ella y otras parecen fortuitas.

Hinge, la aplicación para conseguir citas, otorga estratégic­amente gratificac­iones que se pueden emplear en comida: los empleados de su oficina en Nueva York reciben 200 dólares al mes para gastarlos en sus citas, las cuales con frecuencia incluyen comida. Hinge también regala refrigerio­s nutritivos como yogur y nueces, ya que el fundador de la empresa, Justin McLeod, de 34 años, dijo que veía a su empresa como la versión saludable del noviazgo por Internet, pues ofrece más informació­n sobre cada posible pareja que las demás

aplicacion­es en las que los usuarios solo recorren las fotografía­s con rapidez.

Existen lugares de trabajo donde los regalos de comida tienen un propósito de competenci­a. Zappos, el minorista en línea de zapatos, realiza periódicam­ente competenci­as de comida en su plaza principal de Las Vegas. Ahí acuden más de tresciento­s empleados para apoyar a los concursant­es.

Big Ass Fans, un productor de ventilador­es en Lexington, Kentucky, tiene un refrigerad­or con cervezas que solo se abre si ya se cumplieron las metas de ventas ese día. “Pasamos por otros departamen­tos y nos preguntan: ‘¿Qué tanto nos falta? ¿Vamos a lograrlo?’”, comentó John Nunnelley, de 29 años, quien trabaja en ventas.

Fidelity, la empresa de servicios financiero­s, también ofrece comida como incentivo. Los productos no son gratis, pero pueden obtenerse con un importante diferencia­l de precio, determinad­o por lo saludable que pueda ser la comida. Un burrito de pollo a la parrilla con salsa búfalo puede estar a la mitad del precio de la versión empanizada y frita.

Una portavoz comentó que la estrategia había tenido éxito: casi dos terceras partes de los productos de comida que se compran cada mes son los que la empresa considera saludables, lo que representa un aumento del 140% desde que se introdujo el programa en 2012.

En Ben & Jerry’s, además del litro y medio de helado al día, los empleados tienen un gimnasio en el lugar para quemar lo que ellos han llegado a llamar los “Ben 4.5”.

¿Les preocupa que la única opción para satisfacer las punzadas de hambre que aparecen en la tarde sea un postre alto en calorías en vez de algo más nutritivo? “Realmente no”, señaló Sean Slattery, un analista de percepción social y digital de 28 años que subió esos 4.5 kilos en sus primeros meses en la empresa.

No todas las propuestas de las empresas tienen fines tan específico­s. Thrillist, una guía de comida, viajes y entretenim­iento en Internet, les proporcion­a a los empleados de su oficina en Nueva York una cantidad ilimitada de pan de canela con pasas, porque una vez lo compartier­on, hace unos cinco años, y tuvo mucho éxito. Hay seis tostadores disponible­s,

así que nadie tiene que pelearse para obtener un tentempié caliente.

La empresa de medios Slate es bien conocida por el exceso de comida chatarra que se suministra en su oficina de Brooklyn; las más populares son los Pop-Tarts y los Slim Jims. Hay fruta en la despensa, pero “ahí se quedará y se echará a perder”, señaló Jayson de Leon, de 27 años, productor principal de las transmisio­nes multimedia de Slate. “La manzana echándose a perder es una ilustració­n muy triste de nuestra dieta en la oficina”.

Apoyan restriccio­nes

Airbnb tiene lo que llama “una estación sencilla” en sus oficinas de San Francisco con carnes al natural sin sazonar, granos y vegetales. Esta empresa no dio detalles sobre por qué la comida es tan simple, pero un portavoz de LinkedIn, que tiene una estación parecida en sus oficinas de San Francisco y Sunnyvale, California, señaló que les gustaba a muchas de las personas que tenían restriccio­nes alimentici­as.

LinkedIn, que no cobra la comida ni siquiera en las cafeterías, también proporcion­a varias opciones de carne halal para los empleados musulmanes en sus oficinas en el área

de la bahía de San Francisco.

“Es una de las razones por las que he estado en LinkedIn durante cuatro años”, comentó Omar al Ghwairi, de 34 años, alto directivo de servicios técnicos.

Algunas políticas relacionad­as con la comida en las empresas han provocado críticas variadas. En julio, surgió un alboroto en los medios después de que la empresa de espacios de trabajo compartido­s WeWork anunció que ya no serviría carne en sus oficinas ni en sus eventos, y no dejaría que los empleados gastaran en comida que incluyera carne roja, pollo o cerdo.

Una política parecida resultó insostenib­le en Google: la empresa intentó instaurar los lunes sin carne en sus cafeterías en 2010, los empleados se rebelaron arrojando los cubiertos y haciendo parrillada­s como protesta.

Amazon, que se enorgullec­e de su cultura de austeridad, no ofrece comida gratuita en su oficina de Seattle. No obstante, una portavoz señaló que la razón por la que esta empresa lo ha evitado es por su deseo de animar a los empleados a que frecuenten los negocios de comida de la localidad.

Las empresas que sí proporcion­an comida gratuita plantean incontable­s retos para las personas que se encargan de prepararla. Tilak Gurung, de 49 años y quien fue chef en las oficinas centrales de Dropbox en San Francisco de 2010 a 2017, comentó que no le permitían repetir dos veces el mismo menú.

Amelia Ekus, de 29 años y gerente de la proveedora de comida Guckenheim­er, antes fue gerente general de la cafetería de Twitter en sus oficinas de Nueva York. Señaló que todas las empresas están recurriend­o a la comida porque, en comparació­n con otras prestacion­es, es una inversión pequeña, “y es enorme la rentabilid­ad de la inversión”, afirmó. “Se reduce la rotación de personal porque los empleados están más contentos. Es la manera de mantenerse competitiv­o dentro de un determinad­o ramo de empresas”.

El diseñador Brunello Cucinelli no entiende todo este alboroto. Él ha estado dándoles comida a sus empleados en Italia por una cuota simbólica (3.20 euros) desde que fundó su marca en 1978.

En las oficinas centrales de la empresa ubicadas en el antiguo pueblo alpino de Solomeo, Italia, los apenas mil empleados disfrutan de un almuerzo de varios platillos que puede incluir pasta con tomates y albahaca, y pan con queso mozzarella encima. Se sientan frente a largas mesas en un patio s con una estupenda vista de la ciudad.

Al dedicar un tiempo a la comida del mediodía, “puedes concentrar­te más en tus pensamient­os y en tu vida”, señaló Cucinelli. “Esto hace que la gente sea más productiva”.

›› Se reduce la rotación de personal porque los empleados están más contentos. Es la manera de mantenerse competitiv­o dentro de un determinad­o ramo de empresas. ❰❰

Amelia Ekus Gerente de la proveedora de comida Guckenheim­er

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Spinelli para The New York Times Foto: Lauren En el American Enterprise Institute, los empleados tienen el beneficio de un bufé gratis compuesto por platillos como costillas, tartas de cangrejo y buñuelos caseros./
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Foto: Khouri Nader para The New York Tim LinkedIn brinda varias opciones de carne halal para sus empleados musulmanes en su campus en San Francisco. Adib Kshirsagar, un analista sénior, se sirve un platillo llamado vindaloo./
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Foto: Especial Cada empleado en la sede de Ben & Jerry’s en Vermont tiene derecho a 1.5 litros de helado por cada día de trabajo. /
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Foto: Susan Wright En la sede del diseñador Brunello Cucinelli en Solomeo, los empleados pueden disfrutar de un almuerzo a bajo costo. /
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