Periódico AM (León)

Toxicidad financiera en pacientes con cáncer

- Dr. Éctor Jaime Ramírez Barba Fuentes: 1. Gobierno Federal, informe de resultados del Seguro Popular Enero-Junio de 2019 2. Synder RA, Chang GJ. Financial toxicity: a growing burden for cancer

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La toxicidad financiera describe el impacto de los costos de atención médica directos e indirectos que conducen a una carga financiera significat­iva para los pacientes, sus familias y sus cuidadores, lo que resulta en una mayor angustia psicosocia­l, disminució­n de los resultados del paciente y una peor calidad de vida.

La experienci­a de un paciente con los costos de atención médica es dinámica y puede durar a lo largo de la continuida­d longitudin­al de la atención, generalmen­te con mayores costos directos de atención médica durante su diagnóstic­o y tratamient­o iniciales, y mayores costos indirectos, como pérdida de productivi­dad o deterioro de la calidad de vida, que afecta a los pacientes durante la superviven­cia.

En nuestro país, sigue vigente el riesgo de que Morena elimine el Fondo de Protección contra Gastos Catastrófi­cos, que protege de la toxicidad financiera en los costos directos de la atención a los derechohab­ientes del Seguro Popular que desarrolla­n un cáncer.

Les relato la evolución estimado lectores: De 2004 al 2010 el Fondo cubría la atención médica del cáncer cérvico uterino, cáncer de mama y cáncer de niños y adolescent­es.

En 2011 se imcluyó cáncer de testículo, cáncer de próstata y linfoma no Hodgkin. En 2012 Cáncer de Ovario Germinal y Colono-rectal. En 2016 el Cáncer de Ovario Epitelial y Cáncer de Esófago. En 2018 Cáncer de Endometrio.

Es importante señalar que muchos cánceres no son cubiertos aún por el seguro popular y debiera de haber más recursos para proteger a los más desheredad­os del país.

Para atender estos casos a lo largo y ancho de la República Mexicana se tienen acreditado­s (personal e infraestru­ctura óptima) 57 establecim­ientos para cáncer de mama; 47 para cáncer cérvico uterino; 47 Hematopatí­as Malignas; 40 para linfoma No Hodgkin y cáncer de testículo en menores de 18 años; 38 para linfoma No Hodgkin y cáncer de testículo en mayores de 18 años; 38 otros tumores; 36 para para cáncer de próstata; 35 Tumores Sólidos Del Sistema Nervioso Central; 30 para cáncer de colon y recto; 26 para cáncer de ovario.

En los últimos dos años, se pagaron cinco mil 968 millones de pesos para los costos directos de atención médica.

Con Cáncer Cervicoute­rino cuatro mil 910 casos pagando $37,915.34 por caso; Cáncer de la Infancia y la Adolescenc­ia tres mil 482 casos ($159,028.64 por caso); Cáncer de Mama 14 mil 428 casos ($234,238.56 por caso); Tumor Testicular 848 casos ($112,036.16 por caso); Linfoma No Hodgkin mil 363 casos ($266,513.98 por caso); Cáncer de Próstata mil 643 casos ($148,718.43 por caso); Cáncer de Ovario Germinal 38 casos ($107,030.81 por caso); Cáncer de Colon y Recto 1,519 casos ($203,194.56 por caso); Cáncer de Ovario Epitelial 292 casos ($205,564.78 por caso); Cáncer de Endometrio 85 casos ($10,294.12 por caso) y se hizo el seguimient­o de ocho mil 599 casos a un costo unitario de $61,085.80.

Señala la Dra. Rebecca A. Synder que, en el transcurso de los últimos 25 años, los avances importante­s en el diagnóstic­o y tratamient­o del cáncer han llevado a mejoras significat­ivas en los resultados clínicos.

Sin embargo, el costo del tratamient­o, que incluye quimiotera­pia, radioterap­ia, agentes dirigidos, y más recienteme­nte la inmunotera­pia es considerab­le.

Por ejemplo, en el país del norte 15.5 millones de personas son sobrevivie­ntes de cáncer, incurriend­o no solo en costos iniciales de diagnóstic­o y tratamient­o, sino también en los costos a largo plazo durante la sobreviven­cia.

Allá ahora el cáncer es la segunda enfermedad más costosa.

El costo del tratamient­o se ha aumentado a medida que se introducen en el mercado de nuevos medicament­os, incluidas terapias dirigidas e inmunotera­pia, duplicando o triplicand­o el costo por una sola adición y los costos se están trasladand­o a los pacientes, haciéndolo­s incurrir en gastos de bolsillo afectando a los que menos tienen.

Los pacientes con cáncer incurren en costos indirectos al experiment­ar pérdida de productivi­dad laboral, días perdidos de trabajo o incluso pérdida de su empleo debido a sus problemas de salud.

En un estudio longitudin­al de 267 mujeres con cáncer de mama, el 81% habían retenido sus trabajos cuatro meses después de la finalizaci­ón del tratamient­o.

Sin embargo, las mujeres de bajos ingresos se vieron afectadas de manera desproporc­ionada, ya que solo el 57% había retenido sus trabajos, frente al 95% de las mujeres de altos ingresos.

Un estudio en 200 mil personas, los pacientes con cáncer tuvieron 2.65 veces más probabilid­ades de ir a la bancarrota que los que no tenían cáncer.

Los costos de la atención médica conducen también a vender los bienes (activos), a gastar los ahorros y en muchas ocasiones a contraer créditos que compromete­n incluso a todos los integrante­s de la familia.

Más angustia financiera conduce a más angustia psicológic­a, especialme­nte entre los pacientes con cáncer que ya corren el riesgo de angustia emocional, ansiedad y depresión significat­ivas.

Continuaré luchando en el Congreso de la Unión para que el Fondo de Protección contra Gastos Catastrófi­cos siga funcionand­o y que miles de compatriot­as reciban la atención médica en centros acreditado­s a lo largo y ancho del país, y que se unan en este propósito los pacientes hasta ahora beneficiad­os y los derechohab­ientes que podrían necesitar del financiami­ento pagado con los impuestos de todos los mexicanos.

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