Bill Gates en Netflix
¿Qué busca al donar su fortuna y la de su amigo Warren Buffett a la fundación que lleva su nombre y el de su esposa Melinda? ¿Por qué dejó en 2008 Microsoft, la empresa que fundó y hoy vale más de un billón (un millón de millones) de dólares? ¿Qué hay d
Una miniserie de Netflix que inició el viernes trata de explicar esta y otras preguntas sobre el hombre que cambió la historia del software y transformó la forma en que trabajamos.
Del director Davis Guggenheim, surge una narrativa en tres episodios donde se explica la inmensa capacidad intelectual y matemática del hombre emblemático del capitalismo moderno, transformado en el filántropo más generoso de la historia.
Después de fundar Microsoft y hacerla llegar a la cima, Gates reflexiona que hay algo más importante y lo define con una gran sencillez: “dar un inicio parejo a todos lo niños del mundo”.
¿Quién es Bill Gates, cuál es su misión? le pregunta el entrevistador. “Soy un martillo” que busca resolver todo clavo suelto.
En el primer episodio Gates narra su vida familiar y sus hermanas lo retratan en su profunda genialidad y rebeldía; combativo, capaz de procesar en su mente varias cosas a la vez.
La narración lleva a ejemplificar uno de los retos mayores de la humanidad: la sanidad pública, los remedios posibles para salvar al tercer mundo de la falta de agua potable y drenaje, fuente principal de enfermedades infecciosas y la corta esperanza de vida de los niños africanos.
Invita a universidades y empresas a encontrar el modelo de un mueble sanitario que no consuma agua y deseche las heces fecales sin bacterias. Un reto casi imposible que da resultados en ciudades como Dakar, en Senegal, donde un tercio de los desechos son procesados con su propia energía y sin agua.
Un lector infatigable
La entrevista documental se realiza a las puertas de una muy bien iluminada y tupida biblioteca en su mansión del estado de Washington, y en caminatas del entrevistador y Gates por el bosque de ese estado y el desierto en California, de espaldas a la cámara.
Lectura profunda
Gates camina en dos escenas con bolsas de libros. Ahí está Steven Pinker y su maravilloso libro “En defensa de la Ilustración”, está la memoria de Tara Westover de gran éxito llamada “Educated” y otros como “Behave”, la biología de los humanos en lo mejor y lo peor. Casi no hay tema, por intrincado que sea, donde el
martillo no clave su mirada, su conciencia y su bolsillo.
Como costumbre, Gates se toma una semana entera al año aislado en una casa de lago para pensar y leer, lo que hace a una velocidad sorprendente de 150 páginas por hora. Como un CPU de las computadoras que programaba, su cerebro asimila una cantidad de información formidable.
Temas de salud pública, energía nuclear, sanidad, filosofía y negocios o cualquier otro no escapa su sed inagotable de conocimiento.
En el segundo episodio Gates
explica su meta de acabar con la poliomielitis en África, para ello invierte grandes cantidades en la vacunación universal de la población infantil, aunque a veces se frustra por la ignorancia de las tribus y las guerras intestinas de grupos fanáticos como el Boko Haram del Estado Islámico.
Pero también invierte en medicina contra el HIV que salva a miles de morir anticipadamente, o en la investigación contra la malaria, uno de los asesinos más tercos de zonas de África y países tropicales.
La serie aborda sin censura las demandas de su gobierno cuando a Microsoft la acusaron de ser un monopolio. Época de fin de siglo cuando destruyó a muchos de sus competidores como Netscape o imitó en Windows el modelo iniciado por Xerox y perfeccionado por Steve Jobs en el sistema operativo de la Mac.
En el tercer episodio, la historia llega a la energía nuclear, la búsqueda de un diseño de planta generadora que cuide el ambiente sin emisiones dañinas al calentamiento global, con gran economía en la producción y segura. Un modelo creado por los científicos más importantes del mundo. Después de una gran inversión para iniciar una planta piloto en China, cuando Xi Jinping había aceptado el trato, viene la guerra comercial de Trump y la imposibilidad para Gates de transferir tecnología al país asiático.
El propio Gates describe que un proyecto de esa naturaleza tiene que ser expansivo, porque hacerlo singular y limitado sería suicida.
La serie no alcanza la profundidad de la biografía de Steve Jobs, escrita por Walter Issacson, pero es una maravillosa incursión en la vida cotidiana
del genio-empresariofilántropo.
“¿Hay arrogancia en tu persona?” pregunta el entrevistador. Gates responde con sinceridad: “cuando tienes veintitantos años, eres multimillonario y tienes miles de empleados, es natural que haya animadversión del público”.
Recuerdo cuando surgió Excel y desplazó la hoja de cálculo Lotus123, mi tío Noel Orozco López, empresario en Nuevo León, comentó algo que nunca olvidaré:
“Bill Gates nos entrega en Excel y en sus programas la herramienta más poderosa de productividad a un precio que siempre será insignificante respecto a su utilidad”.
La humanidad multiplica varias veces la acumulación de riqueza de Gates, ($96,500,000,000 dólares) o la de Microsoft ($1,064,681,000,000) al inventar y poner a nuestra disposición esas herramientas indispensables en la vida moderna. El Office, Bases de Datos, Almacenamiento en la nube y un sinfín de servicios más.
Tres episodios fascinantes que deben inspirar a millones de jóvenes en todo el mundo.