El mejor en todo
Fernando Cervantes, originario de Silao, rompe el dominio africano y gana prácticamente todos los premios disponibles en la ruta estelar
ATLETAS 70% Fueron hombres
Durante el recorrido, dos cadetes se cuadraron ante la figura de Fernando Cervantes como preámbulo de lo que sucedería, como si supieran que minutos después, el guanajuatense haría historia en la edición 40 del Maratón León-Guiar.
Por primera vez desde Daniel Vargas en 2010, un corredor mexicano y sobre todo, uno nacido en el estado anfitrión, se coronó en el maratón más longevo del país y de paso, rompió el dominio que durante tantas ediciones ejercieron los corredores kenianos.
Así como ellos, estoico, sin mostrar dudas, preocupación y mucho menos cansancio en ninguno de los 42.195 kilómetros, Cervantes fue el primer atleta en cruzar la meta. El mejor guanajuatense, el mejor mexicano, el mejor de todos.
Le sufrió
La labor, sin embargo, no fue sencilla. Pintar una obra maestra requiere tiempo, dedicación, estudio y conocimiento. Así trabajó la ruta el guanajuatense, acompañado en un inicio por los kenianos Christopher Kipyego, que llegó a León a refrendar su triunfo de 2018, Erick Mose y el mexicano Pedro Espinosa.
Tanto Kipyego como Cervantes y Mose, se intercambiaron el liderato del contingente tan sólido que habían creado pero, al llegar a la calle Mérida (justo la mitad de los
42 kilómetros), el guanajuatense y el hasta entonces vigente campeón, se despegaron de sus compañeros.
La competencia fue de dos a partir de eso, cada uno estaba solo y sin más apoyo que el entrenamiento realizado, la fortaleza mental y su par de piernas… y Cervantes superó a Kipyego en todos los aspectos.
En el kilómetro 25 ya se vislumbraba un posible triunfo azteca pese a que Kipyego, como un felino agazapado, parecía estar esperando el momento de atacar, pero Cervantes no aflojó nunca el paso, pendiente más de su cronómetro que del rival que acechaba a sus espaldas, logró sacarle más de 200 metros a su más cercano competidor cuando aparecía el kilómetro 35 y después, el arco de meta.
“¡Muy bien, muy bien!”, gritó un señor que esperaba la “oruga” en uno de los paraderos y quien no pudo haber resumido mejor lo hecho por el maratonista guanajuatense.
Hace un año dio un aviso al apoderarse del tercer lugar de la edición 39, este 2019, y mejorando su marca de hace un año por poco más de dos minutos, le regresó al estado, a León, el premio que durante tantos años echó de menos.