La rifa de la vergüenza
Presidente del Consejo Coordinador Empresarial de León (CCEL)
estas alturas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pocas cosas pueden sorprendernos. Sus ocurrencias llegan cada vez más lejos y si nadie las frena, las consecuencias para el país podrían resultar desastrosas.
Lo que resulta inconcebible, es que los empresarios más importantes y poderosos del país se hayan prestado al show de la rifa del avión presidencial.
Ese teatrito armado el miércoles en Palacio Nacional no
Asolo incluyó tamales y una carta compromiso para que los empresarios firmaran “voluntariamente” el acuerdo de apoyar con 20 o hasta 200 millones de pesos, la ridícula e infame rifa del avión presidencial, que para empezar es un engaño y un insulto a la inteligencia de los mexicanos.
El jueves temprano, AMLO salió a pregonar que los empresarios compraron más de 3 millones de boletos para la rifa del avión; presumió que nadie lo desairó y que la decisión de comprar los boletos fue totalmente libre, que 75 empresarios accedieron a comprar mil 500 millones de pesos en “cachitos” porque el motivo de la rifa es comprar equipos médicos para hospitales y básicamente los hombres de dinero actuaron de buena fe.
No hay duda de la filantropía y el compromiso social que tienen muchos empresarios de este país. Han sido las empresas las que han sacado a flote a México en muchas ocasiones, tras situaciones que van desde los desastres naturales, hasta iniciativas que surgen sin fin lucrativo alguno, por el mero compromiso de generar desarrollo para su región, pero en este caso en particular, el cuento que la aportación desinteresada de los hombres de negocios es inverosímil.
Que no desairaron a AMLO ¡pues claro que no! con el Servicio de Administración Tributaria (SAT) como herramienta coercitiva de por medio, cualquiera se hace un espacio en la agenda para ir a escuchar al mandatario.
En redes rápidamente surgieron comparaciones entre los moches que pedía el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en los 70’s y la nueva forma de pedir “cooperación voluntaria” del gobierno morenista, y aunque muchos podrían calificar de burda esta comparación, la realidad es que sería ingenuo pensar que los empresarios que están destinando millones al espectáculo del presidente, no recibirán ninguna concesión o favor a cambio. De otra manera no se explican esos actos de generosidad de 20, 50, 100 y 200 millones de pesos.
¿Dónde quedó la promesa de separar el poder político del poder económico? No lo sabemos, y como representante del Consejo Coordinador Empresarial de León, lamento mucho que el CCE nacional esté siendo parte del show del presidente.
Carlos Salazar Lomelín debe entender que el papel que está jugando es muy importante en la defensa de los intereses de las empresas y los empleos que en ellas se generan, y si sigue entregándose al gobierno estará perdiendo toda su credibilidad.
Por lo pronto hace algunas semanas nació la Asociación Nacional de Consejos Coordinadores Empresariales, un organismo que aglutina a los Consejos Empresariales de todo el país, quienes de manera vertebrada e independiente al CCE nacional, estaremos levantando la voz ante las decisiones que se tomen en el ámbito federal que puedan dañar la economía de las familias y de las empresas.
En una de las primeras acciones de este organismo, la semana pasada enviamos a López Obrador un oficio en el que manifestamos nuestro rechazo a su propuesta de eliminar los “puentes”, medida que tan solo en el sector turístico causaría pérdidas por 28 mil millones de pesos.
Somos conscientes de que hacer escuchar nuestras voces es más que complicado, pero alguien tiene que intentarlo.