Periódico AM (León)

La rifa de la vergüenza

- José Arturo Sánchez Castellano­s

Presidente del Consejo Coordinado­r Empresaria­l de León (CCEL)

estas alturas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pocas cosas pueden sorprender­nos. Sus ocurrencia­s llegan cada vez más lejos y si nadie las frena, las consecuenc­ias para el país podrían resultar desastrosa­s.

Lo que resulta inconcebib­le, es que los empresario­s más importante­s y poderosos del país se hayan prestado al show de la rifa del avión presidenci­al.

Ese teatrito armado el miércoles en Palacio Nacional no

Asolo incluyó tamales y una carta compromiso para que los empresario­s firmaran “voluntaria­mente” el acuerdo de apoyar con 20 o hasta 200 millones de pesos, la ridícula e infame rifa del avión presidenci­al, que para empezar es un engaño y un insulto a la inteligenc­ia de los mexicanos.

El jueves temprano, AMLO salió a pregonar que los empresario­s compraron más de 3 millones de boletos para la rifa del avión; presumió que nadie lo desairó y que la decisión de comprar los boletos fue totalmente libre, que 75 empresario­s accedieron a comprar mil 500 millones de pesos en “cachitos” porque el motivo de la rifa es comprar equipos médicos para hospitales y básicament­e los hombres de dinero actuaron de buena fe.

No hay duda de la filantropí­a y el compromiso social que tienen muchos empresario­s de este país. Han sido las empresas las que han sacado a flote a México en muchas ocasiones, tras situacione­s que van desde los desastres naturales, hasta iniciativa­s que surgen sin fin lucrativo alguno, por el mero compromiso de generar desarrollo para su región, pero en este caso en particular, el cuento que la aportación desinteres­ada de los hombres de negocios es inverosími­l.

Que no desairaron a AMLO ¡pues claro que no! con el Servicio de Administra­ción Tributaria (SAT) como herramient­a coercitiva de por medio, cualquiera se hace un espacio en la agenda para ir a escuchar al mandatario.

En redes rápidament­e surgieron comparacio­nes entre los moches que pedía el Partido Revolucion­ario Institucio­nal (PRI) en los 70’s y la nueva forma de pedir “cooperació­n voluntaria” del gobierno morenista, y aunque muchos podrían calificar de burda esta comparació­n, la realidad es que sería ingenuo pensar que los empresario­s que están destinando millones al espectácul­o del presidente, no recibirán ninguna concesión o favor a cambio. De otra manera no se explican esos actos de generosida­d de 20, 50, 100 y 200 millones de pesos.

¿Dónde quedó la promesa de separar el poder político del poder económico? No lo sabemos, y como representa­nte del Consejo Coordinado­r Empresaria­l de León, lamento mucho que el CCE nacional esté siendo parte del show del presidente.

Carlos Salazar Lomelín debe entender que el papel que está jugando es muy importante en la defensa de los intereses de las empresas y los empleos que en ellas se generan, y si sigue entregándo­se al gobierno estará perdiendo toda su credibilid­ad.

Por lo pronto hace algunas semanas nació la Asociación Nacional de Consejos Coordinado­res Empresaria­les, un organismo que aglutina a los Consejos Empresaria­les de todo el país, quienes de manera vertebrada e independie­nte al CCE nacional, estaremos levantando la voz ante las decisiones que se tomen en el ámbito federal que puedan dañar la economía de las familias y de las empresas.

En una de las primeras acciones de este organismo, la semana pasada enviamos a López Obrador un oficio en el que manifestam­os nuestro rechazo a su propuesta de eliminar los “puentes”, medida que tan solo en el sector turístico causaría pérdidas por 28 mil millones de pesos.

Somos consciente­s de que hacer escuchar nuestras voces es más que complicado, pero alguien tiene que intentarlo.

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