Indagan vínculo con mafia
España sospecha que Emilio Lozoya podría haber lavado dinero.
La decisión de Ismael Moreno, titular del Juzgado de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional, apenas ha tardado 24 horas en llegar.
El Magistrado acordó ayer mandar a prisión a Emilio Lozoya, el ex director general de Pemex señalado en el caso Odebrecht y detenido el miércoles en una lujosa urbanización de Benahavís (Málaga).
Tras tomarle declaración por videoconferencia desde los juzgados de Marbella, Moreno ha dictado su ingreso en la cárcel al apreciar un “fundado” riesgo de fuga. Lozoya, reclamado por su país, estaba en paradero desconocido desde hace casi un año.
El juez instructor adoptó esta medida, solicitada por la Fiscalía, tras considerar que Lozoya no tiene arraigo laboral y domicilio en España; además de que se ha evidenciado “su intención de sustraerse a la acción de la justicia”.
Según ha escrito en un auto, cuando fue arrestado, portaba una licencia de conducir mexicana falsificada: tenía su fotografía, pero estaba a nombre de un tal Jonathan Solís Fuentes.
Además, el magistrado también destacó que el delito por el que se le reclama —similar al blanqueo de capitales— lleva aparejada una pena de hasta 15 años de cárcel.
El ejecutivo, que ha ingresado en la cárcel de Alhaurín de la Torre (Málaga), dice que llegó al País hace “solo dos días”. Pero su versión no coincide con la de la Policía, que lo sitúa en Málaga desde mucho antes.
La investigación final para arrestarle arrancó a principios de 2020, cuando se recabaron los primeros indicios de que podía ocultarse en la Costa del Sol.
Pese a esas pistas, los agentes españoles fijaron la diana en La Zagaleta, una urbanización de lujo cercana a Marbella. Estaban seguros de que Lozoya, uno de los hombres de confianza del presidente Enrique Peña Nieto durante su mandato, se ocultaba en una de sus villas.
Pero apenas salía. Por lo que decidieron retrasar el arresto hasta este miércoles, cuando lo cazaron al aprovechar que abandonó el complejo residencial en un vehículo que había acudido a recogerlo. Según fuentes policiales, no opuso resistencia durante su detención.
Los agentes sospechan, además, que detrás de Lozoya iba su guardia pretoriana, un séquito de “personal de seguridad ruso” que le ha dado cobertura durante su estancia en España.
Los investigadores creen incluso que Lozoya podía estar blanqueando dinero para alguna organización mafiosa procedente de ese país, según fuentes próximas a la investigación.
Fuentes del residencial de lujo aseguran que en sus registros no aparece el nombre de Jonathan Solis que consta en la licencia de conducir falsa y confiscada. Ni tampoco el de Emilio Lozoya.
“Si ha accedido al interior de la urbanización ha sido con documentación falsa y como invitado de residentes”, explican desde la gerencia, donde subrayan que el mexicano no tiene ni ha tenido “jamás” vivienda en propiedad o alquiler.
Los investigadores españoles también analizan si, frente a la sospecha inicial de que Lozoya había pasado por Alemania antes de llegar a España, hubiese ido directamente a Rusia, a San Petersburgo, y desde allí volado a la Península.
En tal caso, el empresario mexicano habría simulado que tomaba un vuelo con destino a Frankfurt en el que realmente nunca se habría subido.