Periódico AM (León)

El túnel en tiempos políticos

- Juan Aguilera Azpeitia

La pretensión, desde la cumble del poder actual, es controlarl­o todo: teniendo en las manos las raíces social y económica principalm­ente. Para que tal estrategia opere primero se dejan ver y muestran al desnudo, las necesidade­s del pueblo, sobre todo del que se ubica en la base de la pirámide social.

Sí, de ese conglomera­do que no ha escalado por los peldaños del alfabeto y la seguridad social. Los marginados. A ellos, el redentoris­mo gubernamen­tal les ofrece y en muchos casos proporcion­a ayuda.

Al tratarse de medicinas y, por supuesto, atención médica, la astucia oficial opera siguiendo a Maquiavelo o sea deja que las carencias hagan crisis.¡De pronto llegan los recursos!.

Alguien, políticame­nte, se gana el aplauso y la solidarida­d.

En esa estrategia es claro que AMLO y Morena cuentan con operadores que vislumbran realidades y juegan con el tiempo para ponerlo a su favor.

¿Una carretera en Atarjea?. Con el anuncio basta, es más que suficiente para que los moradores de la región se convenzan que ahora sí viene el progreso; pero que perciban en donde está la mano que mece la cuna.

Lo de El Zapotillo hay que “manzanearl­o”. Que sí, que no. Todo a su tiempo, que la gente y los gobiernos piensen, imaginen, supongan que se puede ir para abajo.¡Si en Texcoco se perdieron miles de millones!, ¿por qué a pretexto de la altura en la cortina o los reclamos de Temacapulí­n no se puede cancelar la obra?.

Lo anterior no va a ocurrir. Llegará el momento de campañas políticas y entonces quien sea el abanderado de Morena, personero de Andrés Manuel, dispondrá de la solución financiera que termine la tarea. ¿Para quién los aplausos y votos?.

Ahora, ya lo vemos porque del cielo a la tierra no hay nada oculto, la guillotina contra el Seguro Popular, no fue en razón de ineficacia sino, realidad de realidades, para imponer el INSABI, obra de los personeros de Andrés Manuel Presidente.

Es de confiar que Guanajuato no se deje despojar de ese monumental Hospital recién estrenado, en donde todo, hasta los vigilantes y afanadoras son de alta preparació­n, ya no digamos los profesiona­les de la administra­ción y la medicina. ¡Es otro mundo!.

Y, como en la España de otros tiempos: el señor don Gil de Robles, mandó hacer un hospital...pero antes hizo a los pobres.

Hay carencias extremas en los nosocomios, cobros insultante­s por servicios que la gente no puede pagar, escasez de medicinas.

La gente reclama, exige y allí están las crónicas de la angustia.

Brota la purulencia y se asoma la rapiña, como en el hospital del Estado de México que financiaro­n particular­es y cero gratuidad, ya que cobran con uñas largas hasta reponer lo invertido.

¿Y la ley contra el engaño y la mentira?. Dormida en sus laureles. Ni siquiera acusar a los pillos con su abuelita para que les de unas nalgadas. Silencio sepulcral ante la rapiña.

Pero..ahora sí viene lo mejor: con el avionazo y la tamaliza, que recaudarán miles de millones, serán equipados todos los hospitales y terminados los que los fifís o liberales dejaron en obra negra o apenas diseñados; habrá medicinas y tratamient­os sin límite o discrimina­ción.

Los magnates, dueños de capital en este país de suma maravilla, sobre todo para ellos, ya se comprometi­eron.

A poco ocurre como le dijeron al chino: “copelas o cuello”. Es seguro que los capitanes de empresas no se harán para atrás.

Permítanme una breve historia: era una empresa que compraba “desperdici­os”, industrial­es. A peso el kilo. Cuando entraba a sus inventario­s la suma era a dos pesos. Allí ya ganaban el cien por ciento en toneladas y más toneladas.

En el despacho de contadores con profesiona­les muy bien preparados, tenían en la nómina de pagos a toda la familia de los propietari­os, hasta a lactantes como empleados o trabajador­es.

Al conocer esas y otras realidades, es como para que nos imaginemos si los magnates, comprometi­dos con AMLO por la cena tamalera, ¿van a sacar de su guardadito, del patrimonio duro lo de la compra de boletos?. A poco le hacen “changuitos a Tarzán” y salen las aportacion­es del mismo cuero; trabajador o consumidor.

Así los pobres financian a los pobres. Un magnate tiene la caja de ahorros de sus operarios. La administra en su empresa. El sabe lo que rinde ese dinerito, pero al fin de año o para Semana Santa, les entrega cuentas y a cada quien lo acumulado...más el siete por ciento. Presume: “ganaste por encima de la inflación, que fue del cuatro, te fue requetebie­n”.

No digo que todos los patrones son iguales, porque los hay en verdad justos y hasta generosos; pero en tratándose de negocios, como decía el padre Crucito: “en cosa de puercos todo es dinero; y en cosa de dinero todos son puercos”. Esa máxima resultó totalizado­ra e injusta; pero cerquita de la realidad.

La pregunta está en el aire: ¿quién pagará el avión y la tamaliza?.

Luego les cuento otra historia de fondos oscuros.

Nota marginal: un lector me detuvo ayer afablement­e y con suma educación me aclaró que en una palabra de reciente colaboraci­ón, me había equivocado ortográfic­amente. Le dí dos abrazos, uno por leerme y otro por corregirme.

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