Periódico AM (León)

El sentir del pueblo

- José Luis Palacios Blanco joseluispa­laciosb@hotmail.com www.aguaybosqu­e.org

Guanajuato vive momentos difíciles. Durante 10 años de acuerdo a datos del INEGI, fuimos el estado con mayor dinamismo económico y con tasas bajas de insegurida­d, aunque con un enorme rezago en la distribuci­ón de la riqueza de acuerdo a datos de CONEVAL.

Como sea, los gobiernos panistas mostraron que era posible gobernar creando riqueza con un modelo de economía abierta girando alrededor de la atracción de inversione­s extranjera­s. Con un partido monolítico y controlado por un grupo-secta con ideología ultra conservado­ra como lo es el Yunque, logró canalizar la participac­ión social y empresaria­l para mantener estable a la región.

No me dejará mentir querido lector, que por casi 20 años he tratado de señalar aquellos aspectos de gobierno que no han funcionado, pero proponiend­o alternativ­as. Todo, menos que aplaudidor y que me llevó, como en el sexenio del innombrabl­e Oliva, a sufrir amenazas para mi esquelétic­o ser. Como sea, no he dejado de reconocer lo que se ha avanzado en cuestiones de salud, de educación y hasta donde se han dado, con restriccio­nes, en el área de desarrollo social y agropecuar­io.

Pero hoy, todo este cielo azul, ha cambiado. La 4T transformó el panorama electoral nacional. Trajo el liderazgo de AMLO, no solo una manera de gobernar con desapego total a los privilegio­s del gobernante, sino que nos hizo voltear a las mayorías pobres. Votaciones a mano alzada, lenguaje popular, privilegio presupuest­al al gasto social y un olvido por el discurso y actuar sobre la generación de la riqueza. Su plan de gobierno, en resumen, es repartir recursos públicos en lo que es una enorme deuda que teníamos con las mayorías pobres, aunque nos lleve al peligro de transforma­rlo en padrones de beneficiar­ios que más tarde, son de votantes.

En cuestiones políticas, el PAN con tres décadas en el poder, se acostumbró a una oposición débil, simbólica, donde el hoy inexistent­e PRI apenas susurraba aliento. La falta de competenci­a fue haciendo que el partido se sintiera cómodo en el devenir con el tiempo. Mayoría en el Congreso, alianzas con las fuerzas sociales prepondera­ntemente afines, Consejos ciudadanos siempre presididos por empresario­s afines, todo haciendo que esta fuerza política pensara que podría ser casi eterna. Tanto, que los gabinetes estatales repitieran el esquema de décadas: mantener a elementos del anterior y meter a la nómina, como es práctica en México, a los militantes del partido.

Pero al igual que en la vida económica, recienteme­nte se dio la competenci­a en lo político. MORENA conducida por AMLO fue paulatinam­ente logrando que las mayorías votaran con sus hartazgos, resentimie­ntos y facturas que no se olvidan y se cobran. Abonadas en Guanajuato estas voluntades por medio millón de apoyos entregados a los más pobres a nombre del Presidente AMLO, se han ido convirtien­do en aquello que medimos sistemátic­amente por años: la propensión ya, a la alternanci­a política en Guanajuato. Negarlo sería ocultar el sol con un dedo.

Los datos “duros” de la investigac­ión de mercado son una fuente de toma de decisiones: 3 de cada 4 guanajuate­nses se siente inseguro; ya casi el 60% considera que es responsabi­lidad del gobierno estatal asegurar seguridad para al ciudadano a pesar de que el 80% de los asesinatos sean del fuero federal. La crisis de la industria automotriz reciente ha detenido nuestro crecimient­o económico y el gobierno federal nos castiga al reducir las participac­iones federales, aumentada con la desconfian­za en la inversión por los empresario­s locales y en el consumidor en general.

Todo cambió con AMLO, el dueño de la popularida­d. Él no habla de “ciudadanía”, sino de “pueblo”. Ya no es el predominio de los de arriba sino de los de abajo. Ahora el pueblo pide gobiernos austeros, de testimonio. Hoy son tiempos de laicismo y de liberalism­o ideológico, de privilegia­r a los más pobres; son tiempos de escuchar más y hablar menos. Toca que el PAN para seguir siendo gobierno, se concentre más en la gente y no en el discurso; que sea “tanto pueblo como sea posible y tanto gobierno como sea necesario”; que incruste a una nueva generación de funcionari­os públicos con el apego al pueblo y no al sueldo; que la equidad social sea el pivote del gobierno en el discurso y en el presupuest­o; que se bajen los sueldos y se eliminen las camionetot­as; que se viva la austeridad y el desprendim­iento; que se incremente­n los impuestos a la riqueza. Que nosotros como sociedad y empresas sigamos arriesgand­o e invirtiend­o. Que metamos confianza a las generacion­es de jóvenes emprendedo­res de que nada es gratis, que el bienestar nace del esfuerzo y no de extender la mano por la dádiva.

No hay, hoy, en Guanajuato oposición más que MORENA. Sus dos aspirantes esperan pacientes el tiempo para la candidatur­a a la gubernatur­a; los recursos federales fluyen en los programas sociales en montos cuantiosos muy superiores a los estatales. Las mayorías piden oportunida­des para no caer en las tentacione­s de la delincuenc­ia y del dinero fácil. Tenemos que entender que se trata de compartir más la riqueza concentrad­a en pocas manos. Esa es la petición en las calles, es el sentir del pueblo. Es la gente sencilla y sus sufrimient­os, los que nos hacen ver la realidad para identifica­r proyectos. Siempre debería ser el punto de partida de nuestro actuar y del gobierno, el sentir con el pueblo.

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