Improvisan autoprotección ciudadana en Guanajuato
La guerra entre los cárteles de Santa Rosa de Lima y Jalisco Nueva Generación, que en promedio cobra la vida de 14 personas al día, ha trastocado la vida de los guanajuatenses, que ahora improvisan estrategias para autoprotegerse.
Grupos de WhatsApp, patrullajes ciudadanos, cierre de calles, contratación particular de vigilancia, restricción de horarios para salir y hasta modificación de vestimenta para aparentar no poseer bienes, son parte de las medidas en los municipios de Salamanca, Irapuato y León, de los más azotados por el crimen.
“La Policía en León no es suficiente, por eso los vecinos nos organizamos y aportamos 250 pesos mensuales para la vigilancia privada y para una reja en el acceso principal a nuestra calle”, señaló Damaso Medina, tesorero de un comité de colonos, donde además crearon un chat para alertarse de amenazas.
En 2019 se abrieron en el estado 2 mil 775 carpetas de investigación por asesinatos violentos, de ellos 455 ocurrieron en León, 359 en Irapuato y 296 en Salamanca.
Alberto Ruenes, líder de la Coparmex en León, expuso que para el sector se hizo obligatoria una inversión adicional en equipo y personal de seguridad.
El sector empresarial de Guanajuato también ha tenido que cambiar sus estrategias de negocios para evitar ser víctima del crimen organizado.
Además de reforzar la seguridad en sus instalaciones, ha tenido que blindar fletes y obras, y cambiar de estado sus citas de negocios.
“Hay empresas europeas que sus ejecutivos ya no vienen aquí a hacer pedidos o negocios”, explicó el empresario Jorge Ramírez.
El líder en León de la Coparmex, Alberto Ruenes, reconoció que ahora es obligatoria una inversión adicional para resguardar sus mercancías.
“Hay que tener esa inversión adicional para tener mucho mayor protección de los valores, contratar un trasladado, cámaras de seguridad, bóvedas”, precisó.
“Y ni pensar viajar al sur de Guanajuato. Hay ciertos horarios en donde si ya no viajamos; en San Miguel de Allende, una ciudad preciosa, ni ir muy temprano, ni muy tarde, y sobre todo evitar Celaya, los Apaseos, ahí tengo negocios y prefiero aprovechar la tecnología para no pararme por allá”.
Para el consultor de seguridad y políticas públicas, David Saucedo, los daños colaterales de la guerra entre miembros del crimen organizado se han disparado.
“Hay una transformación de la vida, los asesinatos únicamente ocurrían entre personas vinculadas con el narco. El año pasado hubo casi 150 asesinatos de menores, mil mujeres, 300 de esos calificados como feminicidios. Están padeciendo la guerra, porque se tirotean en restaurantes, bares, y discotecas”.
Muestra del miedo, estimó, es que en 2019 cerró la agencia automotriz Ford en Celaya por extorsiones, además de los asaltos a la agencia Toyota y a la de motocicletas Suzuki.
Luis Fernando Macías, académico de la Universidad de Guanajuato, sostiene que el narcotráfico ha desquebrajado el tejido social, ya violentado por la precariedad económica.
“Vivimos la inseguridad y sus consecuencias: inseguridad de vida, laboral, de futuro, incertidumbre de salud, y entonces hay una depresión social que se manifiesta de manera agresiva y violenta”.
En León, refiere, hay paranoia, autoprotección ciudadana y poca motivación a disfrutar de una vida como la de hace años.
“Se paga seguridad privada, sobre todo en zonas donde los vecinos se están volviendo vigilantes”.