Fusión de intereses
Como presidente de México Enrique Peña Nieto realizó tres viajes oficiales a España; sin embargo el arreglo institucional de su gobierno con los influyentes intereses españoles se tejieron en las dos visitas iniciales, la primera como presidente electo en octubre de 2012 y la siguiente en visita de Estado, en junio de 2014.
En la primera visita, un mes antes de su toma de posesión, el mexiquense encabezó un desayuno con 43 presidentes y ejecutivos de primer nivel de las compañías del IBEX-35, la bolsa de valores donde cotizan las más influyentes compañías españolas, entre ellas Telefónica, Iberdrola, Repsol, Gas Natural, Endesa, BBVA, Inditex y ACS.
En el encuentro los invitó a invertir en México y les puso en charola la energía, el petróleo y la construcción de infraestructura. Algunas de esos consorcios luego participaron de multimillonarios contratos de obras y servicios en México.
Lozoya, como vicecoordinador de Asuntos Internacionales del equipo de transición, dispuso que dos empresarios flanquearan a Peña y al entonces embajador Francisco Ramírez Acuña, el magnate mexicano Valentín Díez Morodo y Juan Miguel Villar Mir, máximo accionista de la constructora española OHL, para quien Lozoya trabajó hasta septiembre de ese 2012 como miembro del Consejo de Administración en la filial mexicana.
Peña Nieto pidió a Díez Morodo, con papel notable en esas redes empresariales hispanomexicanas, que “siguiera haciendo ese gran trabajo como canal entre nuestros dos países”. El magnate entonces formaba parte de los consejos de administración de Telefónica México, Zara México, Bodegas Vega Sicilia y OHL México.
En dicha visita Peña Nieto comprometió a su gobierno en una operación que actualmente está bajo investigación por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que fue la compra de 51% de los astilleros Hijos de J. Barreras, que estaban en proceso de quiebra, y la adquisición de dos floteles para Pemex, acuerdo que había iniciado Juan Camilo Mouriño, siendo jefe de la Oficina de la Presidencia de Felipe Calderón, con Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia.
La operación que concretó Lozoya como director de Pemex está bajo la lupa porque supuso un presunto quebranto a las arcas de Pemex por el equivalente a 50 millones de euros.
El presidente electo comprometió a su gobierno a continuar con ese acuerdo, luego de reunirse con el presidente Mariano Rajoy, en un momento en el que estaba relanzando una relación con España, luego de dos mandatos del PAN.
De hecho, el equipo de transición de López Obrador le pidió al gobierno del priista frenar la venta apresurada de las acciones de estos astilleros, y tras tomar posesión, el actual gobierno nombró a tres almirantes de la Secretaría de Marina, encabezados por el almirante en retiro Mario Alberto Gasque Peña como director adjunto de los astilleros, para hacer una revisión exhaustiva de sus operaciones.
En esa visita, Peña Nieto fue el invitado especial a una cena organizada en la Torre Espacio, la sede del grupo OHL, sin duda el grupo más beneficiado por el peñanietismo. En el ágape participaron también los príncipes Felipe y Letizia junto a un reducido grupo de altos ejecutivos y el círculo más cercano de Peña Nieto (Proceso 2056).