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El portero bicampeón de 2013-2014 se despide del León y jugará en el Colorado Rapids de la MLS
Luego de ocho años de defender el marco de La Fiera, desde el ascenso hasta el bicampeonato, William Yarbrough deja León y jugará en el Colorado Rapids de la MLS.
Ocho años se dicen fácil pero el camino fue más largo de lo que parece a simple vista: Liga de Ascenso, Primera División, Campeonato, Bicampeonato, Copa Libertadores, Joan Gamper, así como muchos triunfos y sinsabores que tiñeron de esmeralda la carrera de William Yarbrough.
Ésta, como se preveía desde hace algunos meses, llegó ayer a su fin en el Bajío y el propio arquero lo confirmó en una corta conferencia de prensa que ofreció en solitario, así como tantos partidos lo estuvo bajo la cabaña verdiblanca.
“Después de ocho años es momento de terminar este capítulo con el Club León, no sé si sea el final, no sé si nos volveremos a ver más adelante, pero en este momento sólo quiero darle las gracias a la institución que me recibió con los brazos abiertos en diciembre de 2011. Ocho años después me toca partir, es una decisión 100% mía”, dijo para empezar.
Agradecido
El nudo en la garganta, en ese momento, amenazó con quebrar la voz del otrora guardián titular. “Ay, güey”, soltó por lo bajo para después suspirar y continuar con una lista de agradecimientos en la que además de entrenadores, compañeros e integrantes de la institución, también estuvo presente la afición que minutos después, lo despidió como se merecía en el Arco de la Calzada.
“Me recibieron con los brazos abiertos desde el día uno y hasta ayer, la gente me ha seguido mostrando ese cariño, no saben lo profundamente agradecido que estoy con ellos, siempre leales, siempre empujando, exigiendo, creo que me identifiqué con ellos por esa razón. Agradecerles que en todo momento hicieron que estar en el Club León fuera como estar en familia”, agregó.
Al término de su mensaje, Yarbrough confesó que a partir de hoy integrará las filas del Colorado Rapids de la MLS: “Mañana -hoy- estaremos allá”, confesó antes de salir del estadio en el que ahogó tantos gritos de gol. El arco de La Fiera se queda en buenas manos.