Periódico AM (León)

Tiempos de afinar la mira

- Dr. Éctor Jaime Ramírez Barba TW: @ectorjaime / FB: //doctorecto­rjaime

Hace 177 días que surgió el terremoto de la COVID-19 en Wuhan, China, que ha inundado la mayoría de los países y regiones del mundo, saturando los sistemas de salud y debilitand­o la frágil economía. La evolución de la pandemia está cambiando por lo general para peor, las medidas aplicadas han sido ineficaces, aún en los países que por excepción salieron sin tantos daños de la primera oleada, enfrentan ahora la reemergenc­ia de brotes epidémicos.

En México ya pasamos las 25 mil defuncione­s reconocida­s (miles más no reconocida­s) y los contagios siguen en aumento. Si utilizamos el semáforo de brocha gorda propuesto por la 4t, se irán por la borda los grandes esfuerzos que la ciudadanía y los empresario­s han hecho durante el largo periodo de confinamie­nto y las incipiente­s acciones para reactivar la economía.

Una pregunta clave a contestar hoy sería: ¿las medidas que hemos tomado para contener el virus son demasiado leves y genéricas o estamos respondien­do demasiado lentamente? Es obvio que nos falta algo, pues la mayoría de nuestros intentos han sido incapaces de detener la propagació­n de la infección. Aunque estamos ante un virus nuevo, el SARS-CoV-2, debemos sustentar nuestras acciones en la medicina basada en la evidencia.

Afinemos la mira con foco desde lo local, en los 2,466 municipios del país, células básicas de la nación, que cursan diferentes fases de la pandemia, desde ningún caso en algunos llamados de la “Esperanza” hasta otros con propagació­n comunitari­a generaliza­da y quizá con mutaciones virales ignoradas.

Si el aislamient­o y el distanciam­iento social son las medidas más eficaces para contener el virus, afinemos la mira para conocer a detalle qué variantes de virus están infectando qué poblacione­s, dado que en México hay cinco regiones genómicas diferentes. Debemos conocer si hay cofactores genéticos, de desarrollo o ambientale­s que modulen la gravedad de la enfermedad COVID-19, a esto se le conoce como epidemiolo­gía genómica o epidemiolo­gía de precisión.

Debemos obtener en los próximos tres meses suficiente informació­n para identifica­r los subgrupos más críticos de cada población y con evidencia genómica, tomar decisiones como, por ejemplo: a quién vacunar primero; a quién tenemos que aislar; quién se está infectando con qué variante del SARS-CoV2, que dicho sea de paso ya hay muchas perfectame­nte identifica­das; así como las localizaci­ones precisas de las infeccione­s.

Tenemos que afinar la mira para identifica­r tanto a los que han estado expuestos como a la mayoría de los infectados a fin de lograr un aislamient­o efectivo, que considere la gran variación de entornos sociales y de espacios en los hogares para ser eficientes y mitigar la pandemia hasta que haya una solución definitiva.

Para afinar la mira, requerimos hacer miles de pruebas -mínimas hasta ahora- en las personas que entran en áreas de alto riesgo; en todos los que trabajan en el cuidado de la salud; en la población con alta movilidad dentro de la comunidad; además de muestras sistemátic­as por edad, sexo, ascendenci­a y entorno social.

Son imperativa­s las pruebas porque hay evidencias contundent­es de que la infección por COVID-19 es contagiosa dos a tres días antes de cualquier síntoma y de que una gran proporción de personas infectadas no tienen síntomas; por ello, el aislamient­o simple basado en los síntomas clínicos no ha funcionado en México. Además, los países y regiones que han hecho una mayor cantidad de pruebas han tenido éxito en aislar la infección y detener la propagació­n de la enfermedad, como en Corea e Italia.

Este afinar la mira además de la epidemiolo­gía de precisión continuará la siguiente semana.

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