Nuestro déficit de médicos
Cosas de la vida. La pandemia del COVID ha traído a todo el mundo, la necesidad de tener una vida saludable y junto a ello, de contar con más profesionistas en el área de la salud. En este espacio he escrito por 23 años sobre el déficit de médicos en Guanajuato, sus causas y sus consecuencias. Con estadísticas obtenidas del egreso de bachilleratos, de la matrícula en la facultad de medicina de la Universidad de Guanajuato y de la “diáspora” de jóvenes leoneses que tienen que emigrar por ello, a otras latitudes, he mostrado la cantidad de historias de vida que se frustran al no poder cursar estudios de medicina en León. Los jóvenes leoneses que no pueden estudiar esta licenciatura, se matriculan en enfermería, nutrición, química ambiental (son los que captábamos en la UTL), psicología, QFB. La pandemia nos ha mostrado la gravedad de este déficit.
A nivel nacional, el Presidente AMLO ha ofrecido plazas en el INSABI, en el IMSS, en la Secretaría de Marina y en la SEDENA, pero hacen falta más médicos. Lo que ha sucedido estos meses en Guanajuato saca a la luz la realidad de nuestro estado: faltan médicos. Nuestro sistema de salud público en Guanajuato (IMSS básicamente) se ha nutrido en las últimas dos décadas, con médicos provenientes de otros estados al cubrir las plazas que no pueden ocuparse con jóvenes guanajuatenses dado que la Universidad de Guanajuato no los forma. Los registros en las áreas de recursos humanos muestran que alrededor del 65% provienen mayoritariamente de Michoacán, Jalisco, Ciudad de México, San Luis Potosí y de numerosos estados del sur de nuestro querido País como Puebla y Oaxaca.
La falta de acción de la Universidad de Guanajuato para atender a los jóvenes (es la universidad pública con la menor relación de matrícula (cobertura)/egreso (aspirantes) en el País, contrasta con otras universidades como la UNAM, la UdG, la UANL, la BUAP, que cumplen a cabalidad el papel social que tienen de atender a la población que tiene como sueño, ser médico. ¿Por qué la Universidad de Guanajuato, se sigue negando a ampliar la oferta? Plantean problemas presupuestales, pero eso se suple con mentalidad emprendedora (ya fui Rector de universidad pública y todo se logra), que si no hay formalidad en la competencia (el CES sí la tenía), que si no tienen profesores (cantidad de médicos quisieran hacer docencia incluso gratuitamente). Además, no es fácil abrir una licenciatura en el área de salud; con Universidad Meridano logré el RVOE Acuerdo de Validez Oficial para la Licenciatura en Gerontología con enormes dificultades.
Como he escrito en este espacio, desearía que la Universidad de la Salle Bajío pudiera tomar la decisión de abrir en León una facultad de medicina o empresas privadas con enfoque de servicio como el Hospital Aranda de la Parra y su prestigiada escuela Yvette Aranda pudieran evaluar esta posibilidad. Se abren a futuro alternativas necesarias para atender a la sociedad que requiere atención: ofrecer programas en la nueva ciencia de la salutogénesis, las iniciativas de formalizar estudios de medicina alternativa que en todo el mundo toman ya fuerza, la posibilidad de que se reconozca la medicina tradicional y las terapias alternativas holísticas, cada vez más aceptadas. Ya lo hicieron en Celaya (Universidad de Celaya) e Irapuato (UQI), ¿no lo podremos hacer aquí?
Hoy la realidad nos muestra en estos días del COVID 19, que la cuarta parte de los médicos activos en los hospitales y clínicas públicas de León han causado baja temporada ya por contagio, ya por ser personal de riesgo, ya por hacer uso de sus prestaciones laborales para obtener suplencias, pero hemos perdido la capacidad instalada de personal médico, lo que obliga nuevamente a la Secretaría de Salud de Guanajuato a importar médicos de otros estados.
La pandemia pasará paulatinamente; la economía se recuperará. León y Guanajuato volverán a tener el dinamismo que les caracteriza; saldremos más rápido que el sur del País de esta crisis, pero si no cambiamos nuestros hábitos de salud y si no flexibilizamos la oferta educativa y nos abrimos a nuevos paradigmas para formar a especialistas de salud, seguiremos, como hoy, importando a León a la mayor parte de nuestros médicos.