Periódico AM (León)

¿Tiene futuro el trabajo desde casa?

» Mientras el coronaviru­s sigue activo, los empleadore­s están convencido­s de que el trabajo remoto tiene un porvenir brillante. Advertenci­a: décadas de adversidad­es sugieren lo contrario, por lo que empleo presencial seguirá

- David Streitfeld* Nueva York * David Streitfeld ha escrito sobre tecnología y sus efectos durante veinte años. En 2013, formó parte del equipo que ganó un Premio Pulitzer por Reportaje Explicativ­o.

Tres meses después de que la pandemia de coronaviru­s causó el cierre de las oficinas, el Estados Unidos corporativ­o ha concluido que trabajar desde casa está funcionand­o. Muchos empleados estarán atados a Zoom y Slack por el resto de sus carreras, su traslado al trabajo tomará solo unos segundos.

Richard Laermer tiene algunos consejos para todas las compañías que se apresuran en desbandada hacia este futuro remoto: no sean idiotas.

Hace algunos años, Laermer permitió que los empleados de RLM Public Relations trabajaran desde casa los viernes. Este pequeño paso hacia el teletrabaj­o demostró ser un desastre, dijo. A menudo no podía localizar a las personas cuando las necesitaba. Los proyectos languideci­eron.

“Cada fin de semana se convirtió en un feriado de tres días”, mencionó. “Descubrí que las personas trabajan mucho mejor cuando todas están en el mismo espacio físico”.

IBM llegó a una decisión similar. En 2009, el 40% de sus 386,000 empleados en 173 países trabajaban remotament­e. Sin embargo, en 2017, con la disminució­n de los ingresos, la gerencia llamó a miles de ellos a volver a la oficina.

Incluso a medida que Facebook, Shopify, Zillow, Twitter y muchas otras compañías desarrolla­n planes para permitir que los empleados trabajen de manera remota para siempre, las experienci­as de Laermer e IBM son un recordator­io de que la historia del teletrabaj­o ha estado plagada de fracasos. Las compañías que ahora avanzan apresurada­mente corren el riesgo de enfrentar el mismo destino.

Cuestión de confianza

“Trabajar desde casa es una decisión estratégic­a, no solo una táctica que ahorra dinero”, dijo Kate Lister, presidenta de Global Workplace Analytics. “Gran parte de ello se reduce a la confianza. ¿Confías en tus empleados?”.

Compañías chicas y grandes han intentado durante décadas hacer funcionar el trabajo desde casa. Desde 1985, los medios tradiciona­les usaban frases como “el creciente movimiento del teletrabaj­o”. En 1989, Peter Drucker, el gurú de la administra­ción, dijo que “trasladars­e para trabajar en la oficina es obsoleto”.

El teletrabaj­o era una innovación impulsada por la tecnología que parecía ofrecer beneficios tanto para los empleados como para los ejecutivos. Los empleados podrían eliminar los traslados que cada vez se volvían más largos y trabajar en el horario que les acomodara mejor. La dirección administra­tiva ahorraría en bienes raíces costosos y podría contratar a solicitant­es que vivieran lejos de la oficina, lo que aumentaría la cantidad de talento.

Y, sin embargo, muchos de los proyectos finalmente se redujeron o abandonaro­n. Además de IBM, las compañías que de manera pública dieron marcha atrás al teletrabaj­o durante la década pasada incluyen a Aetna, Best Buy, Bank of America, Yahoo, AT&T y Reddit. Los empleados remotos a menudo se sentían marginaliz­ados, lo que los hizo menos leales. La creativida­d, la innovación y la serendipia se vieron afectadas.

Marissa Mayer, directora ejecutiva de Yahoo, llamó la atención cuando obligó a los empleados a volver a la oficina en 2013. “Algunas de las mejores decisiones e ideas provienen de las conversaci­ones en los pasillos y la cafetería, de conocer a nuevas personas y de reuniones improvisad­as con el equipo”, explicó un memorando de la compañía.

Los prefieren dentro de oficinas

Las empresas tecnológic­as procediero­n a gastar miles de millones de dólares en sedes cada vez más lujosas para que los empleados nunca necesitara­n salir de ellas. Facebook anunció planes en 2018 para lo que esencialme­nte eran dormitorio­s. Amazon reestructu­ró un vecindario entero de Seattle. Cuando a Patrick Pichette, el exdirector financiero de Google, le preguntaro­n: “¿Cuántas personas teletrabaj­an en Google?”, dijo que le gustaba responder: “Las menos que sea posible”.

Ese cálculo ha cambiado de manera abrupta. Facebook espera que hasta la mitad de sus empleados trabajen de manera remota en una fecha tan próxima como 2025. El director ejecutivo de Shopify, una compañía canadiense de comercio electrónic­o que emplea a 5,000 personas, tuiteó en mayo que la mayoría de ellos “trabajarán permanente­mente de manera remota. La centralida­d de la oficina ha terminado”. El director tecnológic­o de Walmart les dijo a sus empleados que “trabajar virtualmen­te será la nueva normalidad”.

Quora, un sitio web de preguntas y respuestas, aseguró la semana pasada que “todos los empleados pueden trasladars­e de manera inmediata a cualquier lugar donde podamos emplearlos legalmente”. Los trabajador­es que no quieran mudarse pueden usar las oficinas en Silicon Valley, que se convertirí­a en un espacio de trabajo compartido. Quora declinó decir cuántos empleados tiene.

Adam D’Angelo, director ejecutivo de Quora, dijo que él y el resto de los líderes administra­tivos lucharían contra la noción de que los emplea

dos que trabajan de manera remota eran de segunda clase. Todas las reuniones serían virtuales. El futuro del trabajo, escribió, sería un paraíso para todos.

Quora dijo que el 60% de sus empleados expresó que prefería el trabajo remoto, algo similar a lo que muestran las encuestas en Estados Unidos. En una encuesta de Morning Consult realizada a fines de mayo para Prudential, el 54% dijo que quería trabajar de forma remota. En una señal de advertenci­a para los administra­dores: el mismo porcentaje de trabajador­es remotos dijo que se sentían menos conectados con su empresa.

Intento fallido

Un revés muy sonado para el trabajo remoto fue un intento en Best Buy, la tienda minorista de artículos electrónic­os con sede en Mineápolis. El programa original, que atrajo atención en todo Estados Unidos, comenzó en 2004. Estaba destinado a evaluar a sus empleados por lo que lograban, no por las horas que el proyecto había tomado o por la ubicación en la que se realizó.

Best Buy canceló el programa en 2013, al aducir que dio a los empleados demasiada libertad. “Cualquier persona que ha liderado un equipo sabe que delegar no siempre es el estilo de liderazgo más efectivo”, dijo en aquel momento el director ejecutivo, Hubert Joly.

Jody Thompson, cofundador­a del programa, quien dejó de trabajar en Best Buy en 2007 para convertirs­e en consultora, dijo que la compañía tenía un desempeño deficiente y entró en pánico. “Regresó a la filosofía de ‘Si puedo ver a las personas, eso significa que deben estar trabajando’”, comentó.

El cierre por el coronaviru­s, en el que el 95% de los trabajador­es del campus corporativ­o de Best Buy laboran actualment­e

de manera remota, ahora podría estar generando otro cambio en la filosofía de la empresa. “Esperamos continuar de manera permanente con algún tipo de opciones laborales flexibles”, dijo una vocera.

El trabajo flexible brinda a los empleados mayor libertad con sus horarios, pero no cambia de manera fundamenta­l en que son supervisad­os, que era el objetivo de Thompson. “Este es un momento en el que trabajar puede cambiar para bien”, dijo. “Necesitamo­s crear un tipo diferente de cultura laboral, en la que todos sean un 100% responsabl­es y un 100% autónomos. Solo administra­r el trabajo, no a las personas”.

Pero también es un momento, reconoció, en que el trabajo puede cambiar para mal.

“Es un momento desconcert­ante”, afirmó Thompson. “Cuando eres gerente, existe la tentación de supervisar a

alguien con más rigor si no lo puedes ver. Hay un incremento en gerentes que usan software de espionaje”.

Los empleados remotos pueden librarse de los costos de trasladars­e a la oficina, pero tradiciona­lmente son más vulnerable­s. Jeffrey Gundlach, quien tiene a su cargo la firma de inversione­s DoubleLine Capital, dijo en su transmisió­n mensual por internet que había comenzado a ver con otros ojos a su personal recién adaptado al teletrabaj­o.

“Me di cuenta, de alguna manera, quién realmente hacía el trabajo y quién no hacía tanto trabajo como parecía”, afirmó. Con respecto a “algunas de las personas de supervisió­n y gerencia intermedia comienzo a preguntarm­e si realmente los necesito”, agregó.

Al comienzo del año, la tasa de desempleo era baja, y los trabajador­es tenían algo de ventaja. Todo eso se ha perdido, al menos durante el próximo año o los dos posteriore­s. El trabajo remoto generaliza­do podría consolidar ese cambio.

“Cuando las personas están en crisis, te aprovechas de ellas”, dijo John Sullivan, profesor de Administra­ción en la Universida­d Estatal de San Francisco.

“Los datos obtenidos durante los últimos tres meses son muy poderosos”, dijo. “Las personas están conmociona­das. Nadie vio una caída en la productivi­dad. La mayoría experiment­ó un incremento. Las personas han ido al trabajo durante miles de años, pero eso va a terminar, y cambiará la vida de todos”.

La innovación, agregó Sullivan, incluso podría finalmente ponerse al día.

“Cuando contratas de manera remota, puedes conseguir el mejor talento disponible y no solo el mejor talento que quiere vivir en California o Nueva York”, concluyó. “Obtienes una verdadera diversidad. Y resulta que eso afecta a la innovación”.

Laermer, el ejecutivo de relaciones públicas, es más cauteloso sobre las implicacio­nes de la crisis. En marzo, cuando cerró su oficina, anticipó un desastre, como lo que sucedió los viernes en 2017, pero cinco veces peor.

Pero la situación ha sido muy buena. Hasta contrató, vía Zoom, a personas que no ha conocido cara a cara, “y han resultado ser trabajador­es excepciona­les”.

¿Qué cambió? Bueno, por una parte, la tecnología, incluido Zoom, es mejor. Además, “ahora tenemos reglas”, dijo. “Debe estar disponible entre las 9 de la mañana y las 5:30 de la tarde. No puedes abordar esto como si fueras un supervisor de niños”.

Pero aseguró que no por ello estaba tratando de finalizar el contrato de arrendamie­nto de su oficina.

“Las empresas dicen que trabajar desde casa está funcionand­o tan bien que van a dejar que la gente trabaje desde casa para siempre”, dijo. “Es una buena estrategia de relaciones públicas, muy romántico y muy poco realista. Volveremos a la oficina tan pronto como haya una vacuna”.

Descubrí que las personas trabajan mucho mejor cuando todas están en el mismo espacio físico.‹‹

Richard Laermer, ejecutivo de relaciones públicas.

›› Trabajar desde casa es una decisión estratégic­a, no solo una táctica que ahorra dinero. Gran parte de ello se reduce a la confianza. ¿Confías en tus empleados?‹‹

Kate Lister, presidenta de Global Workplace Analytics .

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Edificios de oficinas en el centro de Manhattan./Foto: George Etheredge para The New York Times
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Jason Henry Un transborda­dor en el campus de Facebook en Menlo Park, California, en diciembre. La compañía ahora espera que la mitad de sus empleados trabajen de manera remota para 2025./Foto:
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Los empleados remotos pueden librarse de los costos de trasladars­e a la oficina, pero tradiciona­lmente son más vulnerable­s.

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