Abrazos en la pandemia
Algunas personas consideran excesiva la afirmación de que necesitamos una docena de abrazos al día para mantenernos en excelente estado de salud; sin embargo, no es exagerado decir que sentirnos conectados es una necesidad importante.
El confinamiento demuestra lo anterior; muchas personas sufren angustia y desasosiego aunque tengan medios para subsistir y su probabilidad de contagio sea baja porque las enloquece el aislamiento.
El abrazo tiene muchos beneficios: proporciona seguridad y confianza, ocasiona bienestar, mejora la autoestima, alivia tensiones, disminuye el estrés, mejora el flujo sanguíneo y nos hace sentir conectados.
Es difícil exagerar la importancia de un abrazo amoroso. Solemos relacionarlo con el impulso erótico, ¡confusión garrafal y problemática! Hablamos de otro tipo de amor que ojalá esté también presente en todas las parejas.
Es un lenguaje físico para decirse uno al otro: “Te tengo presente con benevolencia”. Lo expresan una madre o un padre que abraza a sus hijos, los hermanos entre sí, o los amigos.
Las medidas sanitarias en la pandemia nos han privado de los abrazos, pero la necesidad de ellos sigue vigente. ¿Qué hacer? La siguiente sugerencia es solo para aquellas personas a quienes les agrade: abrazar a distancia.
¿Cómo? Lo más fácil es con nosotros mismos: puedes abrazarte cariñosamente y escuchar lo que tu interior tiene para decirte, quizás frente al espejo o en cualquier otra parte.
Aprovechas para dedicarte cumplidos y palabras lindas y asegurarte a ti mismo que te amas, que siempre serás tu propio amigo y nunca te abandonarás. Prueba y verás qué bien se siente.
Con los otros. Si están presentes, podemos abrazarnos a nosotros mismos y decirles: “Este abrazo es para ti”. Generalmente, la otra persona lo acepta y corresponde y, aunque haya dos o más metros de distancia, el efecto es hermoso.
También se puede hacer con un ausente, vivo o muerto. Te abrazas con amor y en la mente, o hablado, le dices a ese ser querido: “Este abrazo es para ti”. Puedes abrazar a personas que se hayan distanciado por malos entendidos, como una reconciliación.
Quizá con tu ex pareja o con tus padres muertos. Nadie sabrá que lo hiciste y el efecto interior es impresionante.
Abrazarnos resistiendo cualquier cosa que se nos venga a la mente, sin dejar que el temor nos haga renunciar, es un método seguro para lograr que el amor fluya.
Y cuando estamos conectados con el amor nuestro sistema inmunitario es prácticamente invencible. También podemos dedicar un abrazo a nuestro sistema inmunitario y decirle: “Gracias porque me has protegido, por ti sigo vivo”.
Nadie puede hacer por nosotros las acciones que nos mantendrán sanos y a salvo. Nadie puede disminuirnos el estrés y la sensación de aislamiento sino nuestra propia intencionalidad de conectarnos. Envío un abrazo de corazón para cada uno de mis lectores.