Es ‘superpoder’ dar inspiración
Kiki Layne no tiene habilidades sobrehumanas ni es inmortal, como su personaje en “La Vieja Guardia”, pero, asegura, tiene un superpoder: inspirar con su actuación a la sociedad.
Layne afirma que como actriz debe evidenciar los problemas de representatividad racial en Hollywood. Y aunque en su carrera había privilegiado los papeles dramáticos, aceptó dar un giro y convertirse en una militar estadounidense que descubre ser una guerrera incapaz de morir en “La Vieja Guardia”.
“Hay que exigir que se muestre la diversidad de colores, de rostros, en estos roles y estas historias, porque habíamos sido ignorados. Soy afortunada de empujar esa barrera”, dice, en una videoconferencia.
En la superproducción, que llega a Netflix el viernes, la mujer de 28 años se puso a la altura de la experta en acción Charlize Theron, en cuanto a combates y riesgos.
Desde que leyó el guión y se dio cuenta de que, antes de su transformación, su personaje iniciaba en el Ejército, quiso formar parte del largometraje inspirado en una novela gráfica de Greg Rucka.
“Es importante reflejar que el ejército no está conformado sólo por blancos o por hombres.
“Desafortunadamente, muchas películas grandes que lidian con el tema de la milicia utilizan esa narrativa. Pero la verdad es importante, más con lo que estamos viviendo (el movimiento Black Lives Matter)”, afirma.
Egresada de The Theatre School de la Universidad DePaul de Chicago, Kiki admite ser de esas actrices que ve su carrera con compromiso social y no sólo como una búsqueda artística.
“En años recientes ha habido un empuje por representatividad. Sí hace la diferencia la manera en la que ves retratado alguien como tú. Estoy consciente de todo esto y quisiera inspirar a que seamos más conscientes”, asegura.
» Debo elegir bien las historias que cuento, siendo mujer y de color. Las opciones a las que nosotras teníamos acceso eran muy limitadas.«
Kiki Layne, actriz.