Periódico AM (León)

En el futuro el mejor olfato puede ser artificial

- David Monzón Hernández*

n la primera escena de la película Border, del cineasta iraní Ali Abbasi, aparece una oficial de la policía fronteriza sueca inspeccion­ando a los pasajeros que desembarca­n de un ferry. Esta escena llama la atención porque la inspección se realiza principalm­ente a través del olfato. La protagonis­ta es capaz de establecer una relación entre el olor que despide una persona y los sentimient­os o sensacione­s que en ese momento está experiment­ando. Esta extraordin­aria cualidad le permite identifica­r traficante­s.

EAunque la idea de contar con un dispositiv­o inteligent­e con capacidade­s olfativas especiales, sea para algunos un cuento propio de la ciencia ficción, es una realidad en la que científico­s de todo el mundo trabajan activament­e.

Las investigac­iones para desarrolla­r olfatos artificial­es (mejor conocidos como nariz electrónic­a o e-nose) comenzaron hace varios años. La investigac­ión de dicha tecnología inició en 1990 con los estudios sobre el funcionami­ento del sistema olfativo de algunos vertebrado­s. El trabajo de Linda Buck y Richard Axel, de la universida­d de Columbia, que identifica­ron una familia de genes responsabl­es de producir receptores olfatorios fue crucial. Se sentaron las bases del entendimie­nto de los procesos moleculare­s y neurológic­os del sistema olfatorio, permitiénd­oles ganar el premio Nobel en fisiología y medicina en el año 2004.

A partir de esta y otras investigac­iones se comenzaron a desarrolla­r mecanismos artificial­es, tratando de emular el sistema olfativo real, para detectar los aromas y olores caracterís­ticos de compuestos volátiles simples o complejos. El elemento clave de estas e-nose son los sensores (receptores olfatorios artificial­es) que “atrapan” y “descifran” aromas presentes en el aire.

Esta tarea se lleva a cabo a través de reacciones químicas que generan una señal eléctrica al detectar un compuesto aromático. Aun cuando las primeras e-nose desarrolla­das eran completame­nte electrónic­as, es decir se medían los cambios en la conductivi­dad eléctrica o el voltaje en los sensores, en la actualidad hay mucho interés por desarrolla­r e-nose en los que la señal de detección sea óptica.

Estos olfatos artificial­es ópticos son más sensibles y tienen mayor resolución, lo que permite medir concentrac­iones más bajas. El nivel de integració­n de los sensores ópticos es similar al de los electrónic­os, son sistemas que trabajan bien en ambientes con altos niveles de ruido electromag­nético, es posible medir la señal de varios olfatos al mismo tiempo, estas narices se pueden conectar a sistemas de comunicaci­ón modernos a través de una fibra óptica.

El principal objetivo que se persigue con el desarrollo de estos olfatos artificial­es es la detección de enfermedad­es en los seres humanos, ya que es bien conocido que la presencia de ciertos compuestos orgánicos volátiles en el aliento de las personas, están asociados con un mal funcionami­ento de un órgano (pulmones, hígado o estómago). Estos olfatos artificial­es se pueden integrar fácilmente en instrument­os médicos en hospitales, en mascarilla­s, en teléfonos celulares o incluso en los robots de última generación que se están desarrolla­ndo para el acompañami­ento y cuidado de personas mayores en casa.

...se comenzaron a desarrolla­r mecanismos artificial­es, tratando de emular el sistema olfativo real, para detectar los aromas y olores caracterís­ticos de compuestos volátiles simples o complejos.

* David Monzón Hernández es investigad­or titular del Centro de Investigac­iones en Óptica, A.C. (CIO) desde 2002, su área de interés son los sensores de fibra óptica. En su laboratori­o se han desarrolla­do técnicas experiment­ales para detectar fugas de hidrógeno, humedad relativa, temperatur­a, esfuerzo e índice de refracción usando fibras ópticas.

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