Comunidad indígena en León
En Guanajuato la única población indígena originaria es la chichimeca asentada en los municipios del noreste del estado. De acuerdo a datos del censo del INEGI ubicada en la ciudad de León, la población indígena de diferentes etnias, no rebasa los 5,000 miembros, pero puede ser mayor, ya que son ellos, preponderantemente migrantes. Por conocer la opinión de quienes participan en proyectos gubernamentales y comunitarios con ellos, considero que la población indígena asentada en León, tiene como objetivo mejorar su calidad de vida enviando dinero a sus comunidades de origen, en una estancia temporal, al vender productos o tener empleo.
En los años ochenta, organismos de la sociedad civil iniciaron acciones para atender la vulnerabilidad de la población indígena asentada aquí y así, se dieron acciones de apoyo a la vivienda, de organización comunitaria y de búsqueda de alternativas de trabajo. Supe hace más de 30 años por Manuel Márquez y Rafi Yamin de esa problemática y de acciones del Patronato Loyola para atender a la población indígena en las orillas de las vías de nuestra ancestral estación de trenes.
A ese espacio asistía con frecuencia para imaginar la posibilidad de armar un proyecto y restaurarla y crear un espacio de atracción para los leoneses, pero no había reparado en lo que pasaba en las improvisadas viviendas que eran sembradas en la parte oriente de la estación y fue por ellos que miré por esas ventanas de realidad humana.
Años más tarde el arquitecto Boris me invitó a dar ideas en un proyecto de vivienda para la población indígena que no solo transitaba, sino que se asentaba ya en León y vi con alegría las acciones de que sería el Centro de Desarrollo Indígena de León (CDIL) y la Escuela Intercultural. El precursor del CDIL fue la guardería indígena fundada por 1996 por el Patronato Loyola y animado por Giovanna Battaglia, para crear condiciones para los niños indígenas mientras sus padres trabajaban, pues los indígenas llevan a sus hijos a la venta diaria de productos y éstos no podían recibir educación escolar.
De esta guardería, surgió el CDIL que se ubica en la colonia La Luz, cerca de la Comunidad Mixteca. Allá están situadas las viviendas, los talleres, una oficina de apoyo, la escuela intercultural Nenemi y una sala multifuncional.
Aunque no se cuenta a la fecha con investigaciones integrales y formales sobre la realidad de la comunidad y un censo, universidades y la Dirección de Desarrollo Social y Humano del municipio, se han acercado a la realidad no solamente con fines estadísticos, sino para realizar acciones solidarias, dada la situación socioeconómica de la población indígena.
Lo que es evidente, es que, como leoneses, poco sabemos de la actividad económica de la población indígena: comercialización de sus artesanías, venta de productos del campo y de ornato, venta de juguetes infantiles, trabajo doméstico y eventual de limpieza en cruceros, acrobacias y en algunos casos, la sola mendicidad.
Considero importante conocer e incidir todos en nuestra actitud y conductas con respecto a la población indígena en general y a la tolerancia e inclusión necesarias. La contribución de la población indígena a la diversificación y al tejido social es enorme; su integración en la sociedad leonesa desde el punto de vista comunitario e incluso su contribución económica a la actividad de la ciudad, es parte de nuestra educación ciudadana.
Podemos enterar a las empresas socialmente responsables de la ciudad y la sociedad solidaria, del papel que tenemos en la integración de la comunidad indígena y participar todos, en proyectos necesarios para su desarrollo, inclusión y sostenimiento cultural, como es la experiencia del CDIL.