Regreso a la unidad
“Cuando llegue el día, nos preguntaremos: ¿Dónde encontraremos la luz en esta sombra interminable? La pérdida que llevamos, un mar tendremos que atravesar. Amanda Gorman, durante la inauguración de Joe Biden. 20 enero 2021.
¿ Quién será la poetisa joven que entone palabras de aliento, unidad y esperanza para México? Amanda Gorman, afroamericana de 22 años, encantó a Estados Unidos y al mundo con su poema “La colina que ascendemos”. Un canto lírico a la unidad nacional, esa que destruyó Donald Trump cuando alentó la toma del Capitolio el 6 de enero.
No me canso de leer las palabras de la poeta laureada, de recordar la delgada figura frente al viento invernal de Washington destilando lo mejor de su espíritu. Portaba un vestido amarillo que corresponde a la luz que encuentra en un solo lugar: la unidad de su pueblo. Más adelante lo hace notar.
“Entonces levantamos nuestras miradas no a lo que nos separa, sino a lo que está frente a nosotros. Cerramos la división porque sabemos poner nuestro futuro primero. Poner nuestras diferencias de lado. Bajamos nuestras armas para alcanzar los brazos de unos y otros. No buscamos daño para nadie, sino armonía para todos”.
La traducción es difícil porque arms significa armas, también quiere decir brazos. Harm es daño y Harmony es armonía. Tribulaciones de quien desea transmitir con precisión el significado de una conversación entre Shakespeare y Cervantes.
Más allá de la semántica queda el espíritu que alentó la sensibilidad de Gorman. Entendió el momento histórico de un cambio fundamental en Estados Unidos. De la toma del Capitolio por turbas violentas alentadas desde la Casa Blanca por Donald Trump, a la reconstrucción del tejido nacional con la elección de Biden.
“La colina que ascendemos”, llamó al poema. Una descripción épica en 724 palabras que marca el antes y el después de la guerra de Trump contra las instituciones democráticas de su país.
“Cuando llegue el día, saldremos de la sombra, inflamados y sin miedo.
El nuevo amanecer florece mientras lo liberamos, porque siempre hay luz, si sólo tenemos el suficiente valor para verla. Sí sólo tenemos el suficiente valor para serlo”. La traducción no es de un experto lingüista, proviene del espíritu que me anima a interpretar el poema como el ansia de libertad, unidad, pluralidad y democracia que podemos recuperar si queremos. Si tenemos el valor para ver, si tenemos el valor para ser.
Tenemos frente a nosotros la disyuntiva que marcará nuestro destino. Si el voto por el pasado gana, habrá que remontar más colinas, habrá que atravesar mares de tormenta. Al final saldremos adelante, no tengo la menor duda. Sin embargo costará más sufrimiento y habrá riesgos que no imaginamos.
Si en la elección nos damos la oportunidad de un Congreso equilibrado donde nadie dicte las leyes con puntos y comas, donde se discuta el futuro con sobriedad republicana, será el primer paso para trepar esa colina.
Las edades de la poetisa Gorman y el presidente Biden suman 100 años, suman la diversidad racial y el complemento femenino masculino de género. Su espíritu se funde en los mejores valores de tolerancia, diversidad y unidad. Algo que hace renovar la esperanza de la democracia como único futuro.
“De algún modo, hemos sobrevivido y atestiguado. Una nación que no está rota, sino simplemente inacabada”.