Acusan extorsión de Profeco
Gasolineros del oriente del Estado de México reclamaron que han sido extorsionados por inspectores de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) de manera sistemática y periódica.
Afirmaron que esos funcionarios los acusan por la supuesta alteración de los dispensadores, mediante programas los denominados “rastrillos”.
“Entonces llegan, inspeccionan las mangueras, nos dicen que es muy posible exista un pulsador (un aditamento que no está colocado en la tarjeta madre del dispensador) que altere el despacho de combustible y con eso ya ponen el sello, por la pura sospecha, hasta que se revise, o en cambio, por 50 mil pesos o hasta los 80 mil pesos, hacen como que nos hacen un favor y no registran en su informe el supuesto rastrillo, que es inexistente, porque no le movemos nada a los dispensadores”, dijo a Reforma un gasolinero del municipio de Chalco.
El 1 de febrero pasado la Profeco reconoció que, a esa fecha, inició 424 procedimientos por infracciones a la ley relativas a la bitácora de eventos en dispensarios de la marca Gilbarco, por lo que pidió a los gasolineros afectados demandar al fabricante por posibles daños y perjuicios.
Indicó que esa falla en los dispensarios de los gasolineros derivaron en 247 procedimientos por infracción a la ley, que concluyeron con multas por 117.3 millones de pesos.
“Esa falla consiste en que, al descargar la bitácora de eventos del dispensario y revisar los registros de cambio de precio, estos no se encuentran almacenados”, indicó la Profeco en un comunicado.