La oposición
Una oposición fuerte siempre es necesaria y muy útil en cualquier orden de gobierno, y en un Ayuntamiento no puede ser la excepción, pues ahí se debaten y se deciden las soluciones a los problemas de la ciudad. Actualmente el Ayuntamiento de León cuenta con 4 regidoras y 1 regidor de oposición que representan a tres fuerzas políticas minoritarias, 1 del PRI, 1 de Movimiento
Ciudadano y 3 de Morena.
Sin duda, la oposición más radical, más no combativa ni mucho menos propositiva, es la conformada por la fracción de Morena, misma que se distingue por sus votos en contra de muchas de las iniciativas de este Ayuntamiento y de su alcaldesa.
Por supuesto son respetables las posiciones asumidas por cada edil de la oposición, pues en sus argumentos, o en la carencia de éstos, encuentran la credibilidad y respaldo de la población leonesa. Lo que sí es digno de análisis es la incongruencia o las afirmaciones falsas que en ocasiones esgrimen los morenistas en sus debates y argumentos.
Por ejemplo, tenemos el voto de la regidora Gabriela Echeverría en la sesión del Ayuntamiento celebrada el 28 de abril pasado (a dos días del Día del Niño), en donde su voto fue en contra de una modificación presupuestal municipal que planteaba dotar de más de 1 millón doscientos mil pesos al DIF municipal para la implementación de la estrategia estatal de apoyo a niñas, niños y adolescentes sin cuidados parentales o en riesgo de perderlos.
Llama la atención este voto en contra cuando la mencionada regidora es la presidenta de la Comisión de Protección de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes. Afortunadamente, dicha modificación fue aprobada por la mayoría de los demás ediles que conforman el cabildo leonés.
Otra incongruencia se dio en esa misma sesión a través del regidor Antonio Cabrera, también de Morena, quien desde una sesión previa del Ayuntamiento celebrada el 7 de abril, se pronunció de forma ferviente para que el nombramiento de los Delegados Rurales en las más de 600 comunidades que tiene el municipio, se llevara a cabo mediante una consulta pública y no por designación directa, facultades que recaen en la alcaldesa, quien puede aplicar cualquiera de los dos mecanismos sin ninguna restricción.
Desde el principio la propuesta de la Lic. Alejandra Gutiérrez fue hacer estos nombramientos mediante una consulta pública, fiel a su convicción democrática. Lo que resulta inexplicable es que cuando se sometió a consideración del pleno del Ayuntamiento, en la sesión del 28 de abril, la asignación de recursos presupuestales para llevar a cabo ese ejercicio, el mencionado regidor Cabrera ¡voto en contra! ¿Pensará que este tipo de consultas se hacen gratis, con voluntarios, o como las que Morena hace, a mano alzada?
Y finalmente, tenemos la afirmación de la regidora morenista Erika Rocha, quien como réplica a quien esto escribe, cuando, en el mismo tema de los delegados rurales, le exhibí el contraste de pensamiento entre nuestra alcaldesa y el alcalde del trienio 20092012 (Ricardo Sheffield); este último, pudiendo hacer una consulta pública decidió hacerlo por designación directa; me manifestó que esa facultad “no existía en esa administración” y que “se incluyó tiempo después”, lo cual resulta falso, pues esa opción se estableció en la Ley desde el 1 de agosto de 2006.
Cuando no hay contrapesos fuertes, combativos y propositivos, se puede caer en el conformismo del gobernante, pues la pluralidad de pensamiento ayuda a mejorar la visión para gobernar. Se requieren voces disonantes, congruentes y que hablen con la verdad.