El mito del autoabasto
La pandemia y la guerra en Ucrania trajeron escasez y carestía. Primero desinflaron los mercados, después elevaron la inflación en todo el mundo. Los países pobres serán los más golpeados por la falta de trigo proveniente de Rusia y Ucrania. La India, el mayor productor, cerró sus puertas a la exportación porque teme faltantes para alimentar a sus 1,400 millones de habitantes. El maíz también subió como casi todos los productos agrícolas.
En Estados Unidos no sufrirán escasez aunque sí aumento de precios. La ventaja del vecino es que tiene una canasta enorme de producción en Kansas y en el llamado “Corn Belt” o cinturón del maíz, con una producción suficiente para su consumo y vender a México lo que necesita. Siempre que paguemos más y no inventemos guerras verbales contra ellos por defender a las tiranías de Latinoamérica como Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Una de las soluciones que plantea el Gobierno es lograr la independencia alimentaria, un sueño que si fuera posible tardaría años. Es lo mismo que la autosuficiencia en gasolina y otros planteamientos más parecidos a sueños de opio que a políticas públicas realistas.
Del autoabasto familiar ni que hablar. Digamos que los campesinos son quienes tienen terreno dónde sembrar, sucede que son apenas 3 de cada 10 pobladores del país. El 70% de los citadinos pueden sembrar una maceta en sus urbanas propiedades, pero jamás producir lo necesario para el autoconsumo. La “seguridad alimentaria” de México depende de su productividad y el ahorro que pueda destinar a importaciones en tiempos de picos en precios.
Había un fondo de 300 mil millones para eventualidades que dejó la anterior administración. No sabemos con precisión a dónde fue a dar. El Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el aeropuerto Felipe Ángeles pudieron usar ese recurso. Lo mismo que subsidios directos a adultos mayores y a estudiantes que no trabajan ni estudian. En una economía con inversión y crecimiento vigoroso, podríamos generar recursos para subsidiar el precio de los alimentos básicos. Cuando menos mientras pasa la guerra y regresa a la normalidad el comercio mundial de granos. Los países del primer mundo no tienen pro