Prudencia y sabiduría
Es muy diferente perder en pretemporada a ser goleado en pretemporada. En la fase de preparación, obsesionarse con el resultado puede sonar a exageración. Sin embargo, cuando te clavan cinco goles, cuatro de estos con una facilidad dolorosa, es de llamar la atención, aunque el juego no represente poner algo en riesgo.
La Fiera llegaba al duelo contra el América sin derrota de por medio tras cuatro partidos de preparación.
Había mucho interés por ver al León de Renato Paiva jugando con puertas abiertas y transmisión televisiva. A prácticamente una semana de arrancar la Liga, lógicamente se esperaba ver que la mejoría en relación a lo dejado por Ariel Holan estuviera en ascenso.
Pero las estadísticas del partido fueron un homenaje a lo acostumbrado en el torneo anterior: mismo número de disparos a puerta en ambos equipos, paridad en tiros de esquina y mayor porcentaje en la tenencia de la pelota para la causa esmeralda. La gran diferencia fue la contundencia azulcrema de frente a la inefectividad esmeralda.
Ante el Ave, el León se partió. La Fiera quiso ser vertical en cuanto tuviera el esférico y cayó presa de la horizontalidad del adversario que con parsimonia supo cuándo tocar, cuándo filtrar y cuándo matar.
La Fiera optó por presionar en todo momento y en todo el espacio para la recuperación del esférico, pero dejó lagunas y huecos en la cancha por donde navegaron e incursionaron los americanistas con suma libertad.
La Fiera trató de ser intensa y en esto sus jugadores perdieron la cabeza poniendo la víscera por delante en el esfuerzo.
Dictan los cánones que en el deporte se debe asumir prudencia en las victorias y sabiduría en las derrotas.
Tres días antes del juego en California contra el felino leonés, en el Tour Águila por Estados Unidos, el América había sufrido una lastimosa derrota de 3-1 ante Pumas, circunstancia que debió poner en reflexión al ‘Tano’ Ortiz y a todas sus aves. Y sí, fue un América diferente de un juego a otro.
Tan malo es echar las campanas al vuelo como ponerse la soga al cuello. Seguramente esta sacudida ante el América servirá más que los triunfos sobre la UdeG, Necaxa y Tijuana y el empate con Celaya.
Cierto es que el Ave no ganó una estrella por dejar estrellado al León en el duelo de preparación y el León no puede con este tropiezo predecir un desastre en su futuro inmediato.
En el deporte nunca se quiere perder pues se estaría en contra del deber y la razón de ser. Sin embargo, hay derrotas que son oportunas para poner soluciones categóricas a la verdadera realidad de un equipo.
A Renato Paiva le queda claro que todavía hay piedras en el camino por hacer a un lado para que su equipo marche firme y al frente. Llegar a un estado óptimo no será fácil, aunque tampoco es imposible.
Al León, la sacudida Vs América le servirá más que los triunfos de pretemporada