Piden fieles a Correa la renuncia de Lasso
Con un Ecuador paralizado desde hace dos semanas y con la población consternada por las protestas de las organizaciones indígenas, la Revolución Ciudadana del exmandatario Rafael Correa ha visto el escenario propicio para lanzarse a destituir al presidente Guillermo Lasso.
El movimiento de izquierdas presentó el viernes, en medio de la negociación del Gobierno con los manifestantes, una iniciativa en la Asamblea Nacional para forzar la salida del Jefe de Estado.
La bancada de Unión por la Esperanza (UNES), integrada por políticos leales al expresidente Correa, no cuenta con votos suficientes del resto de la oposición para que prospere la moción de censura, pero sí para proponerla y someterla a votación, en un momento de máxima agitación política en el país.
La cruzada entre los dos titanes de la política ecuatoriana actual, el presidente en funciones contra el mandatario de mayor trascendencia de la última década, ha desplazado a segundo plano el malestar social y el movimiento de los manifestantes en la calle.
Las alternativas
El Presidente, de tendencia conservadora en lo social y liberal en lo económico, queda arrinconado ante dos únicas alternativas. O se expone en 72 horas a la arremetida del correísmo y, por tanto, se somete al voto de la Asamblea Nacional o contraataca y lanza la muerte cruzada contra el Legislativo.
Por un lado, solo cuenta con 27 escaños fijos a su favor de un total de 137 y quedaría en manos de los demás opositores respaldar o no al presidente. Por otro lado, si opta por la muerte cruzada, se deshace de todos los asambleístas, que quedan destituidos por el presidente, pero debe convocar a elecciones en un máximo de seis meses y gobernar en ese plazo a punta de decretos.