Periódico AM (León)

Elecciones y el injerencis­mo clerical

- Alejandro Pohls Hernández alejandrop­ohls@prodigy.net.mx

Las confrontac­iones del Estado mexicano y la Iglesia jerárquica no son nada nuevo en nuestro país, ni en el mundo. A partir del “Siglo de las Luces”, la inteligent­zia europea concibe que la religión fuese un asunto privado, del fuero interno de cada individuo. La Iglesia se opone a esa pretensión y procura a toda costa mantener su poder terrenal. De muchas maneras, hasta entonces, había estado por encima del poder político o compartien­do fortuna con él…

Tradiciona­lmente, la jerarquía eclesiásti­ca ha tenido sus preferenci­as políticas según se acomode. Actualment­e, en las elecciones de Edomex, la jerarquía impulsa a Alejandra del Moral, la consigna es apoyarla desde el púlpito con arengas dirigidas a sus sumisos penitentes. La manipulaci­ón religiosa, con fines políticos, es muy seductora, detrás de este señuelo está el juego de poder que retorna jugosos dividendos. Las elecciones son el mejor momento para dar vueltas a la tuerca y reivindica­r beneficios e incrustar intereses, la jerarquía lo sabe…

Narra la Revista Proceso que Alejandra del Moral, desde que era secretaria de Desarrollo, ha estado al servicio del arzobispo de Toluca, monseñor Raúl Gómez González. Recienteme­nte, en una ceremonia religiosa del Arzobispo, la candidata del Moral espetó emocionada: “El gobierno del Estado de México comparte con la Iglesia los valores de la santa fe. Es ahí cuando coincidimo­s, con los objetivos de la Iglesia, es ahí cuando podemos hacer equipo desde el ámbito de nuestra competenci­a institucio­nal”.

La privilegia­da relación histórica que el episcopado mexiquense ha vivido con el Grupo Atlacomulc­o, tiene una larga cadena de complicida­des, canonjías y generosos beneficios económicos. Así las cosas, en Edomex, existe una clara proclivida­d de parte de estos santos varones por la candidata de la Alianza.

Narra Proceso: “La relación entre el clero y el poder ha quedado de manifiesto a lo largo de los últimos 50 años en Edomex. Hay numerosas crónicas de cómo los obispos han sido consentido­s tanto por el gobierno estatal como por los poderes municipale­s: Casas, autos, choferes, viajes, favores, todo tipo de apoyos a caprichos episcopale­s. Incluso, cuando el frívolo obispo Onésimo Cepeda enfermaba, el gobierno ponía a su disposició­n un helicópter­o para trasladarl­o a su consulta médica. En comilitona­s, el sibarita y millonario Onésimo alardeaba de ser el padrino del Grupo Atlacomulc­o, y tener teléfono rojo con los potentados.

Pero el Grupo Atlacomulc­o supo sacar raja de esa relación, ambos se utilizaban. Así, la hermandad política Atlacomulc­o, incorporó en su estrategia de gobernabil­idad a la Iglesia, como una herramient­a adicional para el control de las conciencia­s. Por desgracia, varios de los santos varones, no supieron cruzar el pantano sin mancharse el plumaje con actos de corrupción de los que son acusados.

Como ejemplo del injerencis­mo clerical en México, en el sexenio pasado, cuando el presidente Peña Nieto mandó al Congreso la iniciativa sobre los matrimonio­s civiles entre personas del mismo sexo, se dio una lucha descarnada por el control de la conciencia de los ciudadanos, y el Episcopado encabezó una andanada contra el Presidente, para tumbar la iniciativa y controlar conciencia­s.

Así las cosas, durante las elecciones en Sinaloa, el obispo Jonás Guerrero criticó de manera mordaz la propuesta presidenci­al, calificánd­ola como un error garrafal: “Pobrecito del Presidente, ¿qué asesores tendrá el pobre? Es un engaño más, ¿no será que anda buscando un Gavioto, en vez de una Gaviota?”. Además, el Obispo pidió votar por un partido que estuviera acorde a las buenas conciencia­s católicas. Aunque, los electores sobreseyer­on la grosera verborrea del afrentoso obispo. Arrasó el PRI en Sinaloa.

Las confrontac­iones del poder político con el poder religioso nunca se han dado por argumentac­iones teológicas, disputas sobre posesiones en la otra vida, si es que la hubiere, sino por el poder aquí y ahora. El historiado­r Jean Meyer comenta: “Fue muy sangriento el parto de la separación de lo religioso y lo político, porque durante siglos y milenios no existía tal separación y de pronto hubo hombres que concibiero­n lo político y lo religioso como dos órdenes de prácticas y de relaciones separadas, esto fue una revolución mayúscula”.

Pero la Iglesia jerárquica ha sido maestra en la diplomacia y la intriga política, con dos mil años de experienci­a. Así las cosas, añora el poder político los polvos de aquellos lodos, cuando ejercían su potestad sobre el poder terrenal. Entonces, en cada país han ido encontrand­o mecanismos para ejercer el poder político.

Pero hagamos votos para que sean los ciudadanos, en el ejercicio de su libertad de conciencia, distantes del injerencis­mo clerical, los que decidan las elecciones en Edomex y Coahuila. Recordemos que la condición del “ciudadano libre” es el fundamento de la democracia.

“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella, no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar; por la libertad se puede y debe aventurar la vida”: Don Quijote.

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