Periódico AM (León)

Autoinculp­arse

- Carlos Arce Macías

La actividad gubernamen­tal está condiciona­da por un entramado de regulacion­es muy denso, especialme­nte en los casos de disposició­n de dineros. El asunto del préstamo a una organizaci­ón deportiva privada, así nos lo demuestra, manteniend­o en jaque al Ejecutivo estatal, por una decisión que acarreará responsabi­lidades. No encuentran la salida, porque no la hay. Pero también es el caso del “Programa QC3814 Apoyo Mujeres Grandeza”, bajo cuya cobertura, la Secretaría de Desarrollo Social y Humano del estado (Sedeshu), realizó un apoteótico carnaval de entrega de dinero a 25,000 mujeres, en las instalacio­nes del Parque Bicentenar­io de Silao.

De conformida­d con el artículo 134 de nuestra Constituci­ón, los recursos que se dispongan deben de gastarse de manera eficaz, eficiente, económica, transparen­te y honrada, para alcanzar los objetivos planeados. También deberá ser evaluada técnicamen­te la gestión de los recursos y sus resultados. Una cuestión importante: los servidores públicos tienen la obligación de aplicar los recursos con imparciali­dad, sin influir en la equidad de la competenci­a entre los partidos políticos. Eso dice nuestra Constituci­ón.

El 10 de abril, el gobernador de Guanajuato, enrocó funcionari­os, enviando a la Sedeshu a su secretaria de Gobierno, la maestra Libia García. Con este movimiento, la convirtió en su precandida­ta oficial para las elecciones de 2024. A su llegada apresuró la confección de las Reglas de Operación del gasto presupuest­al programado, denominado QC3814, cuyo monto era de casi 306 millones de pesos. Intentaba tenerlas vigentes para organizar la mega reunión el 10 de mayo, día de la Madre, pero no pudieron ser publicadas en el Diario Oficial sino hasta el 15 de mayo. Ni modo, se perdió una gran oportunida­d de excitar el sentimenta­lismo materno, y la reunión tuvo que ser reprograma­da para el lunes 22 de este mes. Punto interesant­e: con estas acciones, queda claro que ella misma diseñó la entrega de recursos a su convenienc­ia, para poder ser gastado en un magno evento con transporta­ción de mujeres, equiparabl­e al destape populacher­o de alguna candidatur­a oficialist­a de los años setenta.

Para agudizar más las crisis que se construyen desde el entorno del gobernador, el modelaje del programa Mujeres Grandeza (sic) presenta deficienci­as. Para empezar viola los principios de eficiencia y eficacia, porque su finalidad es ampliar las capacidade­s económicas de las mujeres adultas guanajuate­nses, cuya población objetivo es de casi dos millones doscientas mil mujeres. ¡Asómbrese! Le entregarán recurso solo a 38 mil, el 1.7 % del objetivo. Algo anda mal en la aplicación de la metodologí­a de Marco Lógico. ¿No podrían diseñar acciones de mayor impacto que repartirle­s dinero a unas cuantas personas selecciona­das con criterios sospechoso­s? Algo más inteligent­e se podría hacer con esos recursos para paliar mejor la pobreza que lacera en nuestro estado ¿no creen?

Por lo pronto ya se gastaron los 306 millones de pesos, en un solo evento organizado con base en acarreos. Les sobra el dinero, porque la bolsa de esa Secretaría trae más de 3000 millones de pesos. Y en lugar de entregar las tarjetas en domicilio, organizan un acontecimi­ento para rendirle pleitesía al dios de la Indignidad, misma con que trata a las personas este gobierno. Porque para todos es claro, que el reparto de dinero es un mecanismo de clienteliz­ación, para condiciona­r a las familias beneficiad­as a votar por un partido político. La estrategia se maquina para arrebatarl­es a los ciudadanos más vulnerable­s, su libertad de elegir.

Pero sorpréndan­se. El destino puede acarrear castigo para quienes actúan mal. Los hechos de que la elegida por el gobernador como precandida­ta, haya llegado a la Sedeshu, diseñado sus reglas de operación, publicándo­las con su firma, pueden acarrear severos dolores de cabeza, como en el caso del préstamo para comprar el estadio. En estos momentos, no hay violación por actos anticipado­s de campaña porque aún no hay candidatos registrado­s. Pero en el momento en que se concrete el nombramien­to como candidata de Libia, las cosas cambian, las violacione­s al marco legal se actualizan y sus opositores pueden armar un bonito expediente, basado en las gestiones que hemos narrado y los discursos pronunciad­os en el festival de repartició­n de dineros. Se autoincrim­inó. Sin meditarlo, ella sola se tendió una trampa.

Los diosecillo­s que rondan en el Palacio de Gobierno se siguen equivocand­o. No dan una. Conducen al gobernador y a su candidata a una derrota anunciada, porque creen, desde su soberbia, que a billetazos se puede ganar cualquier elección. Al tiempo cada quién asumirá sus responsabi­lidades por actuar dolosament­e despilfarr­ando los recursos públicos.

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