Niega haber recibido apoyo tras secuestro virtual
Uno de los tres estudiantes de la ENES León que denunciaron haber sido víctimas de secuestro virtual el lunes pasado en Lagos de Moreno, Jalisco, afirma que ni las autoridades escolares ni las de aquel municipio les han brindado el apoyo suficiente tras el incidente.
Tan así que no se habría presentado aún denuncia, por lo que oficialmente se maneja como un caso de extorsión.
El asunto fue más complejo que solo levantar el teléfono y brindar información personal, aclaró el alumno de la Escuela Nacional de Estudios Superiores
de la UNAM, Unidad León, quien no quiso dar su nombre por temor a represalias.
También cree que expusieron a sus compañeros de la brigada de salud -conformada por casi 50 alumnos de varias carrerasal mantener la actividad sin que estos supieran lo que ocurría y consideraran el riesgo.
Contó que todo inició la noche del domingo 21, cuando a ellos y a otras dos mujeres también parte de la brigada los alojaron en un hotel diferente al de la mayoría, según, por falta de espacio.
Esa noche, personal del hotel tocó su puerta y les transmitió directa y personalmente la llamada de quien originalmente se identificó como dueño del hotel y le pidió su número para mantenerlo informado sobre su estancia de varios días.
Posteriormente, a su teléfono le llegó una videollamada con un presunto integrante de un grupo delictivo, que amenazó con hacerles daño a ellos y a las dos mujeres, quienes tenían habitaciones cercanas.
Tras contar a AM con detalle cómo este sujeto y sus cómplices armaron todo un montaje que incluyó balazos al aire en un sitio cercano, ruidos en el piso superior y tortura psicológica, a él y a sus dos compañeros los obligaron a dejar el hotel y trasladarse a otro.
Ya por la madrugada, en un descuido de los delincuentes, los jóvenes escaparon y se refugiaron en una farmacia, a donde fue a recogerlos un regidor, quien los llevó de regreso con el grupo de la ENES.
Ya a salvo, fueron apartados de sus compañeros por personal de la coordinación de la brigada, sin posibilidad de contar lo que les había pasado.
Según el testimonio, los tres estuvieron de acuerdo en callar para evitar que hubiera pánico. Sin embargo, confiaban en poder hablar después para que cada quien decidiera cómo actuar, puesto que la brigada duraría toda la semana.
Incluso, el joven se quejó que la coordinación de la brigada pretendió llevarlos a la actividad como si nada hubiera pasado y regresarlos a León hasta después, ellos, muy asustados, no aceptaron.
No obstante, la comunidad estudiantil ha organizado para este lunes una asamblea para dar a conocer el episodio.
El joven lamenta que no se les hayan brindado facilidades para presentar la denuncia: les dijeron que con la declaración inicial era suficiente, sin necesidad de ratificarla.