¿Dos jugadas, dos robos?
No hay duda alguna. El pique, rivalidad o como se le quiera llamar, ha crecido entre en el Club León y Los Ángeles FC ya que luego de la dolorosa eliminación en 2020 y el más reciente capítulo jugado entre estos dos el pasado miércoles por la final de la Concachampions, deja perfectamente claro que el duelo del próximo domingo en el BMO Stadium, será una auténtica guerra.
Lo anterior fue potencialmente reforzado luego de que la Ida terminó con polémica de sobra. Primero el gol anulado de Osvaldo Rodríguez que bien pudo haber significado ser la tercera diana en el encuentro y posteriormente una descomunal plancha que terminó en el gol del descuento para LAFC. ¿Dos jugadas, dos robos?
Y es que no se trata de un tema nuevo, de hecho, es el tema que más encumbrado se encuentra la Concacaf.
Los arbitrajes que siempre pintan ser del nivel más bajo terminan por sorprender a propios y extraños o sólo por lo polémico que puedan llegar a ser si no que además, simplemente están lejos de un nivel básico que hasta el más malo silbante de la Liga MX los sobrepasaría.
Lo que no se puede permitir
Si bien, el arbitraje dejó mucho que desear, una cosa esta muy clara para los dirigidos por Nicolas Larcamón. ¡No se puede perdonar tantas oportunidades en una final!
León fue amo y señor en los primeros 45 minutos, dominó a plenitud al conjunto de Carlos Vela, pero no pudo matar.
Ahora la Vuelta se vendrá en un auténtico infierno dorado y negro en donde la única forma de ganarlo y dejar callado todo un inmueble que lucirá a reventar, es marcar la mayor cantidad de benditos goles.
Bien en cuanto intentos por parte de Elías, los disparos desde fuera del área que intentó Fidel Ambriz y la generación de jugadas mediante paredes o triangulaciones, pero lo más importantes es, simple y sencillamente… marcar.
León no se puede permitir seguir fallando más y más.