Periódico AM (León)

La elección más cínica en 30 años

- Héctor de Mauleón @hdemauleon por Armando Fuentes Aguirre

Durante los últimos días, la pregunta en Morena no era quién iba a ganar la elección en el Estado de México, sino por cuántos dígitos. Connotados morenistas llegaron incluso a cruzar apuestas sobre el resultado: veían con claridad lo que muchos otros no: que era materialme­nte imposible la derrota de Delfina Gómez. Que en el Edomex, bocado de alrededor de 13 millones de votantes (más del 10% del listado nacional), el presidente López Obrador no había tenido empacho alguno en emplear, incluso de manera ilegal, todos los recursos a su alcance para imponer como gobernador­a a la exalcaldes­a de Texcoco: una candidata dirigida por los cacicazgos regionales que encarnan Horacio Duarte e Higinio Martínez, y con delitos electorale­s probados por el TEPJF, y poseedora de un oscuro historial de malversaci­ones durante el tiempo en que ocupó el escritorio nada menos que de José VasconceJe­an los como titular de la Secretaría de Educación Pública.

Según la Auditoría Superior de la Federación, las irregulari­dades cometidas por Gómez llegaron a sumar 830 millones de pesos en bienes adquiridos y no localizado­s, en pago de sueldos y prestacion­es y en casi 500 millones de pesos sin aclarar.

Sin embargo, todo eso había dejado de importar en el Estado de México.

En el equipo de la candidata aliancista Alejandra del Moral cuentan que esta se dio cuenta, por una frase que le espetó Delfina Gómez durante el segundo debate que sostuviero­n (y que ella había pronunciad­o el día anterior durante una conversaci­ón telefónica), que sus llamadas estaban siendo espiadas.

En el Edomex, los hechos demostraro­n que, sin tomarse siquiera el trabajo de disimular, desde el presidente de la república hasta el último Servidor de la Nación incurriero­n en violacione­s a las normas y leyes electorale­s, las cuales no fueron tratadas como conquistas de los mexicanos, sino por el contrario pisadas y violadas como molestos obstáculos que había que superar, y a los que había que pasar encima al precio que fuera.

Se trató de las que son tal vez las elecciones más cínicas que se han visto en México en por lo menos 30 años.

A fines de mayo, el presidente se reunió con los 22 gobernador­es que le son afines con el pretexto de afinar y no bajar la guardia en cuanto al tema de los programas sociales.

Y aunque el uso electoral de estos está totalmente prohibido, cada uno de los mandatario­s -se filtró después- salió de la reunión con un encargo específico. Se trataba de asegurar a toda costa el resultado en el Edomex.

No había llegado el mediodía de ayer y ya las redes sociales daban cuenta de una voluminosa cantidad de trapacería­s que recordaban los años de gloria del priismo.

Un exalcalde de Michoacán fue sorprendid­o llevando gente y dinero (medio millón de pesos, según se informó) a Atlacomulc­o.

A un ex presidente de Cuautitlán Izcalli lo descubrier­on muy cerca del palacio municipal con propaganda de Morena y formatos para votar. En ese mismo lugar circularon fotos de despensas y propaganda con los logos del partido oficial.

En Toluca se reportó que estaban repartiend­o un código QR entre los votantes, que supuestame­nte permitía el acceso a programas sociales con solo mandar foto de la boleta cruzada a favor de Morena.

En Los Reyes, Naucalpan, Tultepec y Ecatepec varias personas fueron sorprendid­as repartiend­o propaganda, comprando votos, obstruyend­o el acceso a las casillas.

Por otra parte, la campaña morenista se echó a cuestas la tarea de desalentar a los votantes (en una entidad en la que participac­ión electoral es históricam­ente baja, de entre el 46 y el 48%) mediante la difusión de encuestas falsas que le dieron a Delfina Gómez una ventaja de hasta 26 puntos porcentual­es sobre la abanderada de la coalición Va por México, y por las que el tribunal electoral local tomó la decisión de sancionar a Morena.

A la suma de trapacería­s electorale­s se agregó la tibia postura del gobernador Del Mazo (ya es un chiste decir que el PRI tiene más embajadore­s en la 4T que gobernador­es) y el abandono del priismo mexiquense, cuyos representa­ntes tienen largas colas que cuidar, y a quienes también se presionó para bajar los brazos o para operar en favor de Delfina.

Lo que vimos estos meses, y que halló su momento culminante el día de ayer, no es, como atinadamen­te ha escrito Jorge G. Castañeda, sino el ensayo general del gran carnaval que veremos en 2024: no es sino la antesala del golpe final que la incipiente democracia mexicana recibirá en un año exacto.

Cusset, ateo con excepción de la vez que vio a su hijo recién nacido, dio un nuevo sorbo a su martini -con dos aceitunas, como siempre- y continuó:

-Si crees en Dios no puedes creer en el infierno. Si crees en el infierno no puedes creer en Dios. La idea de un castigo eterno se contradice con la idea de la infinita misericord­ia del Señor. Se habla de su justicia, pero él mismo lo dijo: “Misericord­ia quiero, no sacrificio”. La bondad del Padre será siempre mayor que su justicia. Por encima de todo está el amor.

Siguió diciendo:

-Toda duda acerca del tema del infierno se aclarará con sólo tres palabras. En ellas se resumen todas las teologías. Esas palabras son: “Dios es amor”.

Así dijo Jean Cusset. Y dio el último sorbo a su martini, con dos aceitunas, como siempre.

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