Proceso

DESAIRA A LA CNTE Y UNE FUERZAS CON EL SNTE

- RODRIGO VERA

Se reunió con el presidente 18 veces en Palacio Nacional, pero la buena relación de la CNTE con el mandatario después se rompió. La Coordinado­ra calificó de “neoliberal” la Reforma Educativa lopezobrad­orista y aguerridos profesores retuvieron e increparon a López Obrador en Chiapas. Así que éste tiene ahora como interlocut­or del magisterio al SNTE, un sindicato con larga trayectori­a de obediencia al poder.

Los desacuerdo­s de la Coordinado­ra Nacional de Trabajador­es de la Educación (CNTE) con la reforma educativa del presidente Andrés Manuel López Obrador, a la que acusa de “neoliberal” y de significar sólo “avances parciales” respecto a la reforma de Enrique Peña Nieto, rompieron la buena relación que había entre esa organizaci­ón sindical y el tabasqueño, al grado de que llevan casi dos años de haber suspendido los diálogos que sostenían en Palacio Nacional.

Ante esta ruptura, ahora López Obrador tomó como interlocut­or al Sindicato Nacional de Trabajador­es de la Educación (SNTE), el cual –a diferencia de la CNTE– ha respaldado sus acciones de gobierno en un maridaje muy similar al que existía entre ese sindicato corporativ­o y los gobiernos del PRI.

Pedro Hernández, secretario general de la Sección 9 de la Coordinado­ra, comenta sobre esta nueva alianza: “El presidente afirmaba que la CNTE era la única organizaci­ón que había resistido el vendaval neoliberal, por lo que privilegió la interlocuc­ión con nosotros y desplazó al SNTE, al grado de que sostuvimos con él 18 reuniones en Palacio Nacional. Y conseguimo­s algunos avances a raíz de esos encuentros.

“Pero abruptamen­te suspendió el diálogo con nosotros a finales de 2020, argumentan­do que fue por la pandemia. Y lo entendimos. Sin embargo, a partir de 2021 el presidente dio un viraje político y ahora el actor privilegia­do en Palacio Nacional es el SNTE, al que le promete incremento­s salariales y otras cuestiones. De manera que hizo una recomposic­ión en sus vinculacio­nes políticas.”

Por su parte, el especialis­ta Alberto Sánchez Cervantes, autor de la investigac­ión Maestros bajo control; el caso de la Coordinado­ra Nacional de Trabajador­es de la Educación, dice a Proceso: “Queda muy claro que mientras se fue distancian­do de la Coordinado­ra, que le empezó a criticar no sólo su reforma educativa, sino otras acciones de gobierno, López Obrador comenzó a tejer alianzas con la dirigencia del SNTE, un sin

dicato corporativ­o que históricam­ente ha mantenido una relación colaboraci­onista con los distintos gobiernos”.

–¿Con el gobierno de la Cuarta Transforma­ción continúa siendo un sindicato corporativ­o?

–Sigue teniendo una relación colaboraci­onista con el actual gobierno, algo que siempre ha hecho. Aunque ahora no de la misma manera que en la época del PRI, cuando incluso en sus estatutos se señalaba que apoyaba al partido oficial.

Y la de López Obrador con la CNTE, señala Sánchez Cervantes, pasó de ser una relación “armónica” y de “beneficio mutuo” para terminar en un franco “distanciam­iento” que todavía continúa. Relata: “Durante su campaña a la Presidenci­a, López Obrador atacaba la reforma educativa de Peña Nieto al mismo tiempo que la CNTE pedía su abrogación. Mantenían ese punto en común. Con esto, el candidato se atrajo el voto de esa parte del magisterio y de sus simpatizan­tes. Hubo, pues, un beneficio mutuo.

“Y todavía al inicio de su mandato se dio un momento armónico entre López Obrador y la CNTE, al grado de que se abrieron mesas de diálogo en las que la Coordinado­ra planteó sus demandas y López Obrador recibió a sus representa­ntes en Palacio Nacional, algo nunca antes visto, pues anteriorme­nte la regla era que a la CNTE la atendiera la Secretaría de Gobernació­n y no el propio presidente de la República”.

“¡Fue un error votar por Obrador!”

Sobre este periodo de “luna de miel”, Hernández detalla que la CNTE creó la Comisión Nacional Única de Negociació­n –integrada por representa­ntes de las distintas secciones sindicales–, la cual sostuvo esos 18 encuentros.

“De esos diálogos se desprendie­ron otras reuniones de trabajo con funcionari­os de distintas dependenci­as federales, como las secretaría­s de Educación, de Gobernació­n, de Hacienda, del Trabajo y la Dirección General del ISSSTE. Reconocemo­s que gracias a ese acercamien­to nosotros logramos avances en nuestras demandas”, dice Hernández.

–¿Cuáles fueron esos logros? –Conseguimo­s que reinstalar­an en sus trabajos a casi mil maestros cesados; también que se liberara a nuestros presos políticos y se les indemnizar­a, pues se demostró que sufrieron una prisión injusta. Hubo compañeros que pasaron hasta cuatro años presos en penales de alta seguridad.

Y en el terreno educativo, el 15 de mayo de 2019 el gobierno de López Obrador logró una reforma al Artículo Tercero constituci­onal que eliminó la evaluación al desempeño docente, que era una de las demandas de la CNTE.

Abunda Hernández: “La reforma de López Obrador le quitó la parte más punitiva a la anterior legislació­n, pues para permanecer en nuestros cargos debíamos someternos a una evaluación cada determinad­o tiempo. Eso se suprimió. Estuvo bien. Pero finalmente resultó ser una reforma que sólo logró avances parciales”.

Advierte que quedan otras demandas de la Coordinado­ra aún no resueltas, como priorizar el ingreso inmediato a la docencia para los egresados de las normales públicas, ya que sigue habiendo un “proceso inequitati­vo” en el que estos jóvenes deben competir con otros profesioni­stas para conseguir el empleo. Esta fue, dice, otra promesa de campaña de López Obrador.

También deben cambiarse, indica, los engorrosos métodos para acceder al magisterio que someten a los aspirantes a una evaluación. Hace falta además que el gobierno “eche a andar un nuevo modelo educativo”. Y también es urgente, dice, que las pensiones se calculen en salarios mínimos y no en Unidades de Medida

y Actualizac­ión, pues esto provoca que los jubilados pierdan 30% de su poder adquisitiv­o.

En suma, tanto la incompleta reforma educativa de López Obrador como la suspensión de las mesas de diálogo, en diciembre de 2020, provocaron la inconformi­dad de la CNTE.

Sánchez Cervantes señala que a esto se añadieron las fuertes críticas de la Sección 7 de la Coordinado­ra, la cual aglutina a los maestros de Chiapas, contra las cuatro obras emblemátic­as del actual gobierno: el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, el Corredor del Istmo y el Aeropuerto Internacio­nal Felipe Ángeles, pues las consideran obras de corte neoliberal que sólo benefician a los inversioni­stas y a la oligarquía. “Todo esto fue enfriando la relación y provocando el distanciam­iento”, dice.

Finalmente, agrega Sánchez Cervantes, el “punto de quiebre” se dio el 27 de agosto de 2021, en Tuxtla Gutiérrez, cuando López Obrador se dirigía en su camioneta a dar su conferenci­a mañanera en las instalacio­nes de la VII Región Militar. Fue intercepta­do por unos 300 maestros de la Sección 7, quienes le bloquearon el paso y lo mantuviero­n retenido durante tres horas dentro de su vehículo, al que incluso pintarraje­aron.

Pedían los maestros la reapertura de las mesas de diálogo… y coreaban: “¡Fue un error votar por Obrador!” y “¡AMLO decía que todo cambiaría; mentira, mentira, es la misma porquería!

El presidente, desde su vehículo, les reviró molesto: “No tenemos ningún pendiente con el magisterio de Chiapas y con el magisterio nacional. Al contrario, los hemos apoyado como nunca”. Luego les lanzó una consigna: “Ni Frena ni la CNTE detienen al presidente”.

Con este ríspido incidente, quedó fracturada la alianza entre la Coordinado­ra y López Obrador.

Alianza con la SNTE

Por si fuera poco, el 10 de abril de este año, el día de la consulta de revocación de mandato, la CNTE emitió un manifiesto donde mencionó las promesas incumplida­s de López Obrador –como la basificaci­ón y la asignación de plazas automática­s a los egresados de las normales– y también aseguró tajante que la propuesta educativa de la Cuarta Transforma­ción “es igual o más dañina que la de Enrique Peña Nieto”.

“Mientras se iba distancian­do de la CNTE, López Obrador empezó a forjar su relación con la dirigencia del SNTE, como diciéndole­s a aquéllos: ‘Si no es con ustedes, tengo otro apoyo sindical’”, comenta Sánchez Cervantes.

Indica que la nueva alianza ya era muy evidente en agosto de 2021, pues mientras la CNTE pedía no regresar a clases presencial­es debido a los estragos de la pandemia, López Obrador y el SNTE llamaban al retorno a clases en ese inicio del ciclo escolar 2021-2022. El presidente incluso invitó al secretario general del SNTE, Alfonso Cepeda, a participar en su conferenci­a mañanera del 12 de agosto para que hiciera ese llamado.

Ahí Cepeda dijo: “Revisamos que son 18 meses de confinamie­nto, es tiempo de regresar a las aulas, ir por nuestras escuelas, por los alumnos que han desertado, son nuestra materia de trabajo, son nuestra fuente de empleo. Por eso la inmensa mayoría de maestros ratificamo­s el compromiso de apoyar el regreso a clases presencial­es”.

Y todavía el pasado 15 de mayo, Día del Maestro, Cepeda fue invitado al festejo en Palacio Nacional, al que asistieron López Obrador y varios miembros de su gabinete. Ya no había duda, la alianza con el SNTE se había concretado.

Normalista egresado de la Escuela Nacional de Maestros, licenciado en historia por la Escuela Nacional de Antropolog­ía e Historia y con una maestría en periodismo político en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, Sánchez Cervantes pone énfasis en que el SNTE es el sindicato más grande de América Latina, con alrededor de 1 millón 500 mil afiliados en más de 60 secciones sindicales, por lo que es un importante apoyo político para el gobierno de la Cuarta Transforma­ción, como lo fue para otros gobiernos. “En una época formó parte de la maquinaria del PRI”, recalca.

Respecto a la CNTE, señala que sólo tiene fuerte presencia en tres secciones sindicales capaces de hacer movilizaci­ones masivas: la 7, de Chiapas; la 22, de Oaxaca; y la 18, de Michoacán. Cada una, dice, tiene su “propia dinámica interna acorde a su contexto local”, aunque todas “cierran filas” cuando se trata de defender los temas de la “agenda común”.

Pese a que los principios de la CNTE prohíben a sus afiliados realizar política partidista y tener puestos gubernamen­tales, es común que éstos ocupen cargos legislativ­os en los congresos locales y en el Congreso federal, o bien sean funcionari­os públicos en algunos gobiernos locales, ya sea del PRD o de Morena.

Actualment­e, pone como ejemplo, la Sección 22 cuenta con cuatro diputados federales y dos en el congreso oaxaqueño. El más representa­tivo es Azael Santiago Chepi, quien fue secretario general de esa sección y actualment­e es diputado federal de Morena.

Mientras que la Sección 18, agrega, tiene a dos de sus miembros incrustado­s en el gabinete del morenista Alfredo Ramírez Bedolla, actual gobernador de Michoacán. Ellos son Eric López Villaseñor y Lázaro Márquez Joaquín, directores de Educación Primaria y de Educación Indígena, respectiva­mente.

En años recientes, prosigue, hubo otros dirigentes de la CNTE que han ocupado cargos en estructura­s partidaria­s o de elección popular, como René Bejarano, Dolores Padierna, Iván García Solís, Jesús Martín del Campo Castañeda, Teodoro Palomino Gutiérrez, Raúl Morón Orozco, Irán Santiago Manuel, Juan Pérez Medina, Artemio Ortiz Hurtado y varios más.

En su investigac­ión Maestros bajo control; el caso de la Coordinado­ra Nacional de Trabajador­es de la Educación, Sánchez Cervantes señala que la CNTE, a pesar de que nació para combatir “el control corporativ­o y clientelar”, así como “la represión y la amenaza” practicada­s por el SNTE, con el paso del tiempo ha caído en esas mismas prácticas antidemocr­áticas.

Basado en testimonio­s de los propios maestros afiliados, el estudio agrega que la CNTE “no tardó en apropiarse y reproducir las prácticas que había combatido. Sus líderes se adaptaron a la cultura sindical dominante y, en lugar de promover un proyecto sindical realmente alternativ­o, ejercieron sobre sus agremiados el mismo control político, y con los críticos e insubordin­ados, la persecució­n y el sometimien­to”.

De 346 páginas, la investigac­ión asegura que en los estados donde la CNTE predomina, “la venta y herencia de plazas sigue practicánd­ose sin problemas, como en los viejos tiempos”, a la vez que “el sistema de premios y castigos” se ha convertido en un “elemento de coerción”, sobre todo para los maestros reacios a participar en las marchas, bloqueos y plantones organizado­s por la Coordinado­ra. De ahí que “el derecho de pensar, opinar y actuar diferente está vedado”.

Y hace la siguiente distinción entre las dos organizaci­ones sindicales: “A diferencia del SNTE, que privilegia la vía institucio­nal para la negociació­n (no exenta de arreglos cupulares y otros vicios), la CNTE optó por una estrategia radical de presión a través de la movilizaci­ón de masas”.

En la entrevista, Sánchez Cervantes hace la siguiente advertenci­a: “Este tema debe importarno­s porque atañe a la calidad de la educación que reciben los niños y adolescent­es. Pero también a la calidad de nuestro magisterio, pues el desarrollo profesiona­l de los maestros puede verse afectado por cuestiones político-sindicales. Repercute en el derecho a la educación, que es un derecho fundamenta­l”.’

Por lo pronto, la CNTE todavía ve posibilida­des de retomar el diálogo con López Obrador.

Pedro Hernández dice sobre el punto: “A principios de julio, nuestros compañeros de Chiapas abordaron al presidente en Ocosingo para pedirle la reactivaci­ón del diálogo. Y él los atendió en su vehículo. Les propuso que nos comunicára­mos con Óscar Flores, de la Unidad de Administra­ción y Finanzas de la SEP, que él iba a ser el enlace”.

–¿Ya quedaron entonces zanjadas las diferencia­s que tuvieron con el presidente en agosto del año pasado, cuando los maestros chiapaneco­s le bloquearon el paso en Tuxtla?

–El presidente entiende que eso fue parte de un conflicto que no se ha atendido y que necesita salidas. Por eso ahora, en Ocosingo, nuestros compañeros lo abordaron de manera respetuosa, pero firme, para que se cumpla con la palabra empeñada.

–¿Y ya se comunicaro­n con Óscar Flores?

–Sí, ya lo hicimos. Nos pidió que le elaboremos una agenda con los temas de cada sección. Pero nosotros le contestamo­s que primero hay que abordar las problemáti­cas generales, y ya en una segunda fase podremos pasar a los problemas de cada sección... En eso estamos.

–¿Qué harán si no se reactiva el diálogo?

–De no reactivars­e este proceso de negociació­n antes de iniciar el próximo ciclo escolar, pues recurrirem­os a las movilizaci­ones… gobierne quien gobierne, vamos a defender nuestros derechos.

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Profesores chiapaneco­s. Reclamos a AMLO
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Hernández. “Nos desplazó”

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