LA MASACRE EN TOTOLAPAN, TRAS CUATRO AÑOS DE TREGUA
La mañana del miércoles 5 anunciaba un día de alegría en San Miguel Totolapan, en la región de Tierra Caliente de Guerrero. Era una jornada más para la celebración del santo patrono del pueblo. Era ya el cuarto año de una paz pactada en ese lugar luego de una espiral de violencia que dejó una estela de asesinatos, desaparecidos y desplazados de 2012 a 2018.
En ese periodo –que abarcó las administraciones de Ángel Aguirre Rivero, el interino Rogelio Ortega Martínez y Héctor Astudillo Flores– se registró una confrontación entre políticos calentanos del PRI y del PRD, así como entre los grupos delictivos de Raybel Jacobo de Almonte, El Tequilero, y la Familia Michoacana, que dirigen los hermanos Johnny El Pez y José Alfredo La Fresa Hurtado Olascoaga.
Políticos y sus respectivos grupos armados se han disputado desde entonces el control de las rutas de trasiego de heroína, el monopolio de los productos de consumo básico que terminó por expulsar de la zona a varias empresas, como la refresquera Coca Cola, así como mermar las ganancias de la industria minera en la zona Norte y en la región de Tierra Caliente.
Sólo en 2017 el entonces presidente del clúster minero de Guerrero y gerente de la empresa canadiense Media Luna, Alfredo Phillips Green, había anunciado tres proyectos por 200 millones de dólares en total para esas dos zonas
El miércoles 5 se mantenía la feria por la celebración de San Miguel Arcángel; los juegos mecánicos ocupaban la explanada principal y se había acondicionado un espacio para los bailes vespertinos, narraron vecinos consultados por el reportero.
A una cuadra del ayuntamiento, en el patio de una primaria, personal de salud aplicaba la vacuna contra el coronavirus a niños de cinco a 11 años; el presidente municipal, el perredista Conrado Mendoza Almeda, encabezaba una reunión con sus principales colaboradores.
Cerca de las 13:30 horas un comando irrumpió en San Miguel por la ruta del poblado de La Gavia, que conecta con el municipio de Tlacotepec. Y comenzó la balacera.
El ataque se centró en el ayuntamiento, donde policías municipales respon
dieron con fuego. Así fue como empezó la tragedia, comentan vecinos de San Miguel a Proceso.
Otra célula, cuyos integrantes vestían ropa tipo militar, se dirigió a la casa donde el alcalde Conrado Mendoza sostenía el encuentro privado con sus colaboradores más cercanos. Todos ellos fueron ejecutados.
Los sicarios se trasladaron a la casa del padre del alcalde, Juan Mendoza Acosta, de 65 años y enfermo de diabetes, y lo ultimaron. Alcalde durante dos periodos consecutivos, Mendoza Acosta le heredó el cargo a su hijo.
En 2015, cuando era alcalde, Mendoza Acosta fue exhibido en un video difundido en redes sociales junto al Tequilero. Ese hecho marco los seis años de su administración bajo la sombra del narco en San Miguel Totolapan.
Durante 40 minutos el poblado de San Miguel Totolapan se convirtió en un infierno. Las autoridades militares y estatales tardaron cuatro horas en llegar debido a que la carretera federal Teloloapan-Ciudad Altamirano fue bloqueada por transportistas de Arcelia y de la misma localidad, quienes atravesaron unidades y tractocamiones, reportó la Secretaría de Seguridad Pública estatal.
Pasadas las 17:30 horas, soldados del 41 Batallón de Infantería, efectivos de la Guardia Nacional y agentes de la policía estatal llegaron al desolado pueblo. Algunos familiares llevaron al panteón a sus muertos; otros lloraban a las víctimas, explicaron los testigos de la barbarie.
La lista de muertos
De acuerdo con los reportes oficiales de la Fiscalía General del Estado (FGE), hubo 20 muertos, además de tres heridos que fueron trasladados a un hospital de Chilpancingo en una aeronave oficial.
Además del presidente municipal Conrado Mendoza y su padre, fueron ejecutados el director de Seguridad Pública Municipal, Fredy Martínez Suazo; siete policías municipales; Roberto Mata Marcial, administrador de la Jurisdicción Sanitaria 1 de la Secretaría de Salud estatal; Génesis Araujo Marcos, asesor del alcalde victimado, y su cuñado Gustavo Salazar, así como Javier Domínguez Vicente y su hijo del mismo nombre, propietarios de la casa donde el alcalde se reunió con sus colaboradores.
El miércoles 5 el terror volvió a San Miguel Totolapan, en la región de Tierra Caliente, Guerrero, luego de cuatro años de paz pactada. Ese día, mientras el pueblo celebraba a su santo patrono, llegó un comando armado y ejecutó al alcalde Conrado Mendoza, del PRD, a su padre y a 18 personas más. El terror lo sembraron Los Tequileros, en un presunto ajuste de cuentas con sus rivales de La Familia Michoacana.
Otras víctimas fueron una menor de 12 años y un joven de 16. Sus cuerpos quedaron en medio del fuego cruzado durante el ataque al ayuntamiento. Del resto de las personas fallecidas, si bien se conocen sus nombres, no se ha determinado su relación con el ataque.
La versión oficial
Al siguiente día de la masacre, el subsecretario de Seguridad Pública federal Ricardo Mejía Berdeja declaró que el trágico evento ocurrió en el contexto de una disputa criminal entre grupos delictivos:
“En esa región imperó durante un tiempo un grupo conocido como Los Tequileros, dedicado fundamentalmente al trasiego y comercialización de amapola, pero también al secuestro y a la extorsión; También perpetró homicidios y desapariciones en la región.”
“El líder de ese grupo criminal, Raybel Jacobo de Almonte, alias El Tequilero, se presume, sin vida en febrero de 2018 (sic). De esta organización criminal hubo diferentes detenciones en diferentes momentos. Y en ese contexto, decir que este grupo vuelve a irrumpir, saca un video, que se está autentificando, y reivindica, entre otros, el homicidio de una persona llamada Nazario, que, se tiene conocimiento, se trata de Nazario Domínguez, director de Desarrollo Rural en San Miguel Totolapan, quien falleció el pasado 3 de octubre en un accidente en la carretera Poliutla-San Miguel Totolapan, pero que con posterioridad se abrió una carpeta de investigación por homicidio sobre ese evento.”
Dijo que en San Miguel Totoltepec existe una disputa entre los grupos delictivos de La Familia Michoacana y Los Tequileros, quienes pueden ser los responsables de estos eventos.
La titular de la FGE, Sandra Luz Valdovinos Salmerón, informó que abrió una carpeta de investigación por los delitos de homicidio calificado múltiple y lesiones por arma de fuego en contra de quien o quienes resulten responsables.
Mientras que la gobernadora Evelyn Salgado Pineda hizo un llamado a los ciudadanos de San Miguel Totolapan y del resto de la región de Tierra Caliente para que no permitan “la obstrucción, agresión y retención” de los elementos de las fuerzas armadas y policías, algunos lugareños intentan impedir que el personal castrense instale campamentos en los municipios más convulsionados de esta franja de la entidad.
Aparece “La Fresa”
Horas después del ataque, uno de los líderes del grupo de La Familia Michoacana, José Alfredo La Fresa Hurtado Olascoaga, difundió un videomensaje en Facebook en el que sostiene que el ataque armado iba dirigido a él.
Narra que estaba en la reunión con el alcalde victimado y responsabilizó del ataque al exdiputado local del PRI, Saúl Beltrán Orozco, a quien acusó de ser el líder de la banda de Los Tequileros.
Hurtado Olascoaga confirmó que el exalcalde Juan Mendoza Acosta y Nazario Domínguez Nájera, muerto dos días antes en un accidente, no sólo eran sus amigos, sino que juntos iniciaron en 2017 una “lucha armada” en San Miguel Totolapan mediante la formación de un grupo de autodefensa para expulsar a la banda del Tequilero.
“Alguien de ahí del pueblo, no sé quién, no sabemos quién, fue el que traicionó; tenían la gente adentro. Yo vivo en San Miguel, tengo mi casa a una cuadra de la Presidencia. Yo creo que todo mundo sabe y todo mundo la conoce y todo mundo sabe dónde vivo.
“Salgo de mi casa porque acordamos una reunión con el presidente, con su papá, con el grupo que traen de la paz…Por los hechos que habían pasado, (por) un video que traen, lo subieron un día antes, dos días antes, no sé… Subieron un video (del presunto grupo denominado Los Tequileros).
“Nosotros creíamos que era falso, que la gente no estaba ahí, nos confiamos”, expresó el presunto líder delincuencial por el que las autoridades del Estado de México
ofrecen una recompensa de 500 mil pesos a quien dé información que permita capturarlo.
El antecedente inmediato a la masacre fue la muerte de Nazario Domínguez Nájera, quien se desempeñaba como secretario de Desarrollo Rural del ayuntamiento de San Miguel Totolapan. Murió el lunes 3 en un extraño accidente carretero que las autoridades ministeriales locales investigan como “homicidio”.
Domínguez Nájera “es tío de la esposa” de Hurtado Olascoaga, uno de los principales líderes del grupo delictivo La Familia Michoacana, quien tiene su bastión en el municipio de Arcelia, Guerrero, y en el sur del Estado de México.
Él y su hermano Johnny Olascoaga Hurtado, El Pez, son considerados los líderes del cártel de la Familia Michoacana. El gobierno del Estado de México ofrece 500 mil pesos a quien proporcione información confiable que permita la captura de los hermanos, considerados como las cabezas de esa organización criminal.
Nazario Domínguez había fungido en la pasada administración municipal como asesor de Mendoza Acosta y era considerado como el candidato a suceder a Conrado Mendoza por “el respaldo” que tenía en la zona rural de San Miguel Totolapan, principalmente en las comunidades ubicadas en el Filo Mayor de la Sierra de Guerrero.
Impunidad
En mayo de 2017, el entonces gobernador Héctor Astudillo Flores acusó a la policía comunitaria de San Miguel Totolapan, denominada Movimiento por la Paz y la Justicia, de tener nexos con el grupo delictivo de La Familia y de promover acciones del narco en la región de la Tierra Caliente.
Lo anterior, luego de que se había registrado un enfrentamiento armado entre sicarios de La Familia Michoacana y de Los Tequileros en el poblado de La Gavia, que dejó un saldo de ocho muertos, entre ellos cinco hombres incinerados en una pira humana.
Hace cinco años, Astudillo Flores también sostuvo que el conflicto en San Miguel Totolapan se debía a la confrontación de los grupos delincuenciales de La Familia Michoacana y Los Tequileros, advirtiendo que ambas organizaciones habían construido “apoyos sociales al servicio de sus respectivos intereses”.
A pesar del reconocimiento explícito de que en San Miguel Totolapan se gestaba un narcomunicipio, las autoridades civiles y militares dejaron a su suerte esa región de la Tierra Caliente, con todo y su riqueza minera, que no sólo es explotada por empresas nacionales y extranjeras, sino por los propios grupos delictivos (Proceso 2166).