Respuesta del reportero
Señor director:
La réplica del representante de la empresa First Majestic Silver Corp., sobre la investigación periodística de las condiciones que afrontan los mineros de la contratista mexicana La Cantera Desarrollos Mineros, en las concesiones de Santa Elena y Ermitaño en la rivera del río Sonora, no desacredita lo ahí expuesto.
No tengo duda de que el corporativo canadiense opere “con los más altos estándares y las mejores prácticas disponibles para la industria minera”.
Sin embargo, ese no es el sentir de trabajadores contratados bajo unas condiciones que luego no son respetadas al encontrarse a cientos o miles de kilómetros de sus lugares de origen, sin garantías contractuales, amenazados por despido fulminante a la menor inconformidad y sin posibilidad de defensa.
El hecho mismo de que la minera canadiense presuma el lanzamiento de una iniciativa en 2021, “para mejorar los estándares de salud y seguridad de nuestros contratistas, verificando que las prácticas y servicios recibidos por los proveedores estén alineados con las políticas de First Majestic”, habla de la gran área de oportunidad de que disponen para otorgar condiciones laborales similares a las de otros países con legislaciones más avanzadas que la mexicana.
De poder conversar sin cortapisa con los mineros de La Cantera, originarios de Chihuahua, Guerrero, Guanajuato y de la misma Sonora, como lo hice en mi vista a Banámichi en septiembre último, los ejecutivos de First Majestic Silver Corp., podrían tener una mejor idea de lo mucho que tienen por avanzar, más allá de los premios ganados y de las iniciativas ambientales y laborales que se planean en escritorios del corporativo.
Con el firme deseo de que el trabajo que tan generosamente publicó Proceso pueda servir para beneficiar a quienes llevan la parte más dura y menos beneficiosa de la extracción de la riqueza desde las entrañas del subsuelo mexicano, quedo a su órdenes. Atentamente, Alfonso Amadeo Ochoa Tapia