IOAN GRILLO
Descarnado es el relato que el autor avencidado en México realiza sobre las pandillas de Latinoamérica en su libro Caudillos del Crimen. Explica cuáles son sus nexos con el poder político y qué habría que hacer para erradicarlas.
“HOY DOMINAN LOS SUPERVILLANOS” “No es coincidencia que estas milicias criminales hayan brotado al mismo tiempo en Brasil, México, Colombia, etc, sino que muestra una tendencia regional, producto de circunstancias históricas” Ioan Grillo autor de Caudillos del Crimen
Atraído por el truculento negocio de las drogas, el autor de Caudillos del
Crimen aterrizó en México a principio del siglo XXI para buscar respuestas del origen y cúspide de esta verdadera pandemia criminal. “Crecí en Brighton, un lugar de diversión en Inglaterra donde se consumen muchas drogas”, dice al tiempo que recuerda que cuatro conocidos murieron por sobredosis de heroína. “Esas muertes despertaron mi interés por la brutalidad del negocio de las drogas. Quería saber cómo funcionaban los cárteles y quiénes estaban detrás de ellos”.
Ya en el DF comenzó a reportear policiales para el periódico New. “En el 2004 me enviaron a la frontera de Tamaulipas con Texas a cubrir el narcotráfico. En ese entonces ya se incubaba una nueva forma de violencia que explotó en el 2008 y que básicamente responde a la transformación de pandilleros en grupos militarizados. También coincide con el inicio de las decapitaciones”.
¿Qué diferencia a las pandillas latinoamericanas de las del resto del mundo?
La violencia. En México, por ejemplo, en los últimos años se cuentan la masacre de Tamaulipas (70 muertos), Ayozinapa (43 estudiantes desaparecidos) y una batalla campal en Michoacán que involucró a miles de personas. No hay comparación, por ejemplo, de la violencia en Latinoamérica con la violencia de la mafia italiana.
¿Por qué en Latinoamérica?
No es coincidencia que estas milicias criminales hayan brotado al mismo tiempo en Brasil, México, Colombia, etc, sino que muestra una tendencia regional, producto de circunstancias históricas. Yo identifico tres: desigualdad, narcotráfico (LATAM produce casi el 100% de la cocaína a nivel mundial) e instituciones débiles. Sin instituciones no hay justicia, lo que lleva a estos grupos a impartirla.
La ley de la selva…
Sí, dominada por una nueva raza de supervillanos que son un híbrido de CEO criminal, rockstar delictivo y general paramilitar. Llenan el imaginario popular como antihéroes demoníacos. No sólo protagonizan canciones
underground en el narcomundo, también los recrean en telenovelas, películas e, incluso, videojuegos. Hoy dominan los supervillanos.
¿Hay solución para este problema?
No existe una silver bullet, pero sí ciertos esfuerzos que se pueden hacer en la política contra las drogas. Por ejemplo, ¿qué sentido tiene que el consumo siga siendo penalizado en México si es que California lo va a legalizar en el corto plazo? ¡Ninguno! También hay que potenciar las instituciones y combatir la desigualdad.