SU DOMINGO SIETE
El martes fue el Día Internacional de la Niña. Si no creen que deba existir un día específico, NO para FESTEJAR a las niñas, dado que hay poco que festejar, sino para RECORDAR y VISIBILIZAR TODOS LOS MALES QUE AQUEJAN A LAS NIÑAS DEL MUNDO. En China es común que si es parida una bebé, la familia se encargue de introducir alfileres en su cabeza para que muera y así tener “permiso” del Estado para parir otra vez… deseando un varoncito. A las niñas de la India, si se niegan a aceptar a algún joven como pareja, éste muy probablemente se desquite arrojándole ácido al rostro. Cada día, más de 12 mil niñas son obligadas a contraer matrimonio… o sea, cada 7 segundos una niña de 15 o menos es unida a un varón.
Aunque haya menores de 8 y 9 años que están mostrando ya sus cambios rumbo a la pubertad y adolescencia. El hecho de menstruar no las califica ni las hace física ni mentalmente aptas para embarazarse. El embarazo precoz está normalmente asociado a varias determinantes: pobreza, vivir en hacinamiento, falta de educación, sobre todo en sexualidad, y métodos anticonceptivos, la falta de conciencia propia de la edad porque normalmente a esas edades no se tiene “visión a futuro”. Y no podemos dejar de lado la terrible realidad de las violaciones, por supuesto, perpetradas, la mayoría de las veces, por personas cercanas como padres, padrastros, abuelos, tíos, padrinos… y una larga y amenazante lista. Otras causales muestran tristemente el cada vez más precoz consumo de drogas, falta de modelos adecuados, violencia intrafamiliar y la influencia de vivir en un entorno donde es frecuente quedar embarazada muy joven. Y bueno, en otras ocasiones lo hacen para huir de su realidad o hasta deseándolo para que alguien voltee a mirarlas y convertirse finalmente en “alguien” ¡¡¡dentro de su entorno!!! o hasta por competencia o revancha de la propia progenitora. Unos 16 millones de muchachas de 15 a 19 años y aproximadamente un millón de niñas menores de 15 años dan a luz cada año, pa variar en países medio y poco desarrollados. Mientras más jodidos PEOR, pero lo de menos es traer chamacos al mundo, es que en este trance perdemos chamacas en “la dulce muerte” por complicaciones en el parto y, por si lo ignorabas, ésta es la segunda causa de muerte entre las muchachas de 15 a19 años en todo el mundo. Y para aquellos en contra de regular el aborto, sépanse que por mucho que se monten en su macho, cada año unos 3 millones de muchachas de 15 a 19 años se someten a abortos peligrosos. O sea, en su negativa lo único que lograrán es enviarlas al matadero. Y otra razón para evitar el embarazo a tan temprana edad es que en los bebés de estas madres adolescentes se presenta un riesgo mayor de morir que los nacidos de mujeres de 20 a 24 años. Me parece que nunca dimensioné correctamente la problemática del embarazo en niñas hasta que visité un albergue para jovencitas rescatadas de la trata de personas con fines de explotación sexual. Conocí a varias de ellas que ya eran madres y parecían pequeñas con sus muñecas. Me asombró aún más el ver la fotografía de Martha Sahagún de Fox escoltando a dos chiquitas quienes, después me confirmaron, tenían 9 y 10 años, respectivamente. Ellas presentaban vientres tan imposiblemente abultados que uno adivinaba el avanzado estado de ingravidez. Los ahí presentes me contaron la historia de una de estas niñas michoacanas, quien había sido violada por el padre y al pedir auxilio a su maestro fue nuevamente violada, por aquél en quien había depositado su confianza para salir del infierno. Cuando fueron rescatadas por el DIF local y enviadas a la Ciudad de México, el entonces gobernador llamó ofendidísimo a Presidencia para exigir que “las niñas fueran devueltas a sus respectivas familias”. Por primera vez, el DIF y la primera dama se fajaron los pantalones impidiendo su extradición. Y aunque no lo crean, son más de lo imaginado: niños que crecen siendo hijos de su hermana o nietos de su propio padre.
Es completamente lícito para una católica evitar el embarazo recurriendo a las matemáticas, aunque todavía está prohibido recurrir a la física o a la química.
Henry Louis Menken