Mamás obligadas a migrar
Para ellas, el 10 de mayo es un día más lejos de lo que más quieren: su familia.
La violencia que se vive en Centroamérica obligó a estás mamás a migrar.
Toda su vida, Ana había permanecido en Honduras, nunca había salido de lo que ella llama “su tierra”. Sin embargo, después del asesinato de su esposo y su hijo, decidió viajar a México. Lejos de su país natal, Ana mantiene comunicación con algunos de sus familiares, pero sabe que este 10 de mayo va a sentirse la ausencia de su más grande amor.
“¿Cómo me voy a sentir? Dejar parte de mi vida y de mi corazón y sólo traer a la más pequeña. Es difícil, uno debe tener una gran fortaleza”, dice Ana
María también tuvo que separarse de su esposo, hijos y nietos quienes se quedaron el El Salvador. Hoy sólo la acompaña la menor de sus hijas, que además, padece hidrocefalia. Aunque nunca ha recibido un regalo del Día de las Madres y tampoco ha realizado un fiesta para conmemorar la fecha, conserva colgado a su cuello un dije en forma de corazón, el cual, asegura, materializa un pacto que hizo con su hija al comenzar este viaje.
Ana y María son sólo dos de las mamás que forman parte del Viacrucis de Refugiados 2017 cuyo objetivo es acompañar a ciudadanos de Centroamérica en su camino a Tijuana y después a Estados Unidos. En este día de las madres muchas no saben cómo van a celebrar, sólo piden tener un lugar para descansar.