BRAD ES UNA MÁQUINA DE GUERRA
Previo al estreno de la cinta War Machine que Brad Pitt protagoniza y produce, el actor habló sobre los conflictos bélicos, su familia y sus problemas con el alcohol
Brad Pitt presenta War Machine, cinta que se estrena el 26 de mayo en Netflix. El filme ofrece una mirada satírica a la guerra en Afganistán a través de una versión novelada del ex general Stanley McChrystal, quien fue retirado del cargo tras la publicación de un célebre perfil en la revista Rolling Stone en 2010.
En el filme, Pitt da vida al general Glen McMahon, un obsesionado patriota con llevar la libertad y la civilización a Afganistán. Sin embargo, llamó la atención que no llevara el nombre real del general en quien se basa esta historia.
“No teníamos ningún interés en impugnar al general McChrystal o ninguno de esos tipos. Para mí el problema es más sistemático y el impulso fue una visita a Walter Reed. Aunque esos jóvenes hombres y mujeres son absolutamente heroicos en una situación muy desgarradora, sus vidas cambian para siempre y también las de sus familias. Realmente me hizo cuestionarme quién está firmando el cheque, quién está dando la orden”, declaró Pitt.
Justamente al inicio de la promoción de esta cinta, Donald Trump, presidente de Estados Unidos está considerando enviar más tropas estadounidenses a Afganistán, aunque altos asesores dicen
que no se ha tomado una decisión al respecto. Ante esta situación Pitt, luego de hacer esta película, se siente en contra.
“Nada de lo que hemos hecho indica que mandar más tropas va a hacer algo más que ocasionar más daños, más vidas y miembros perdidos. Entonces, ¿por qué no nos estamos cuestionando esto? Parece ser hora de algún tipo de audiencia. Yo no confío en una audiencia gubernamental, tiene que venir del pueblo. Hablamos mucho de apoyar a nuestras tropas, pero pienso que apoyar a nuestras tropas es mucho más que darles dinero y una palmada en la espalda. Creo que es ser responsable sobre cómo usar ese compromiso. Supongo que es esta idea de excepcionalismo estadounidense cuya definición cuestiono. Somos excepcionales de tantas maneras, pero no significa que podemos echarle poderío a cualquier problema. Los estamos enviando a una cultura que nosotros no comprendemos”, sentenció.
La cinta retrata de manera satírica la absurda justificación detrás de la guerra de Medio Oriente y la forma en cómo se toman las decisiones respecto a las miles de vidas que se afectan con un guerra. Al tratarse de un tema tan sensible para la cultura norteamericana así como de los países aliados, era lógico que la cinta necesitara una plataforma más abierta a la crítica.
“No se hubiese hecho sin Netflix. La realidad es que los estudios no le encuentran sentido en papel. Pueden apostar hasta 35 millones de dólares por una película riesgosa, y entonces si no se enfocan en grandes producciones que parecen más seguras y que les resultan grandes recompensas. No es su culpa de ninguna manera, simplemente a ellos los números no les cuadran. Ahora con Netflix y otras plataformas como ésta, hay todo un nuevo sistema de entrega para este tipo de películas en las que yo prefiero apostar. Para nosotros ha abierto todo un nuevo mundo de posibilidades. Seguiré trabajando con los estudios, siempre lo haré, al menos así lo creo, mientras existan. Todavía hay películas que merecen tener la experiencia cultural de la gran pantalla”.