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Para Kevin Hart hacer humor no es algo superficial, va más allá y -tal vez- pueda estar llena de muchas verdades, tristezas y cicatrices. Catalogado como un standupero que gusta hablar de su pasado, incluido su padre alcohólico y drogadicto, al actor estadounidense es de los comediantes más disciplinados de Hollywood, una profesión que se la toma muy en serio.
Kevin Hart vuelve a la pantalla grande con la cinta Jumanji: En la selva, en la que hace el papel de Fridge, un personaje que provocará las carcajadas. Durante la charla con Publimetro habló sobre su personaje, sobre su ídolo Robin Williams y su carga de comedia.
¿Hacer un remake es fácil?
— En lo personal me trae recuerdos nostálgicos del personaje de Robin Williams, Alan Parrish, un aventurero que navega a través de la peligrosa jungla en un intento de devolver a los niños a un lugar seguro. Han pasado 22 años, y esta nueva película rinde homenaje al original. El remake cuenta la misma historia que el original: un grupo de niños se pierde en el mundo del misterioso juego Jumanji y tiene que luchar contra los animales salvajes y otras amenazas de la jungla, pero difiere en muchos aspectos de la película de 1995. El personaje interpretado por Robin Williams, no aparece en la nueva película, lo que significa que no tiene que preocuparse [risas].
¿Dicen que eres un comediante que se toma muy en serio su trabajo?
— Soy muy divertido, pero también muy serio. Muchos dicen que soy gracioso, agudo pero mortalmente serio sobre el tema del trabajo, y la verdad así es.
¿Eras fan de la película original?
— Sí, pero sobre todo de Robin Williams. He visto muchas veces la versión original de Jumanji, la nueva es como una continuación, en la que no se toca lo que está bien pero intentas rehacerlo. Ahora llega adaptada a la generación de las redes sociales, no es una falta de respeto a la de 1995, sino con los cambios necesarios para acercarla a una nueva audiencia.
¿Qué tanto improvisaste con el personaje de Fridge?
— En cada película que haces, siempre quieres asegurarte de que haya un mensaje interno, algo que la gente pueda tomar de la película. Interpreto a un chico pequeño en un mundo diferente que es completamente opuesto a la escuela secundaria. Soy un actor que le gusta improvisar, sobre todo en las reacciones, pero también hay que adaptarse en al guión. Durante el rodaje hubo varias escenas que tuvieron su grado de improvisación, pero fueron naturales y eso sirvió para hacerla más divertida.
¿Qué tanta química hubo con los actores, porque eso es importante en una cinta?
— Me gusta llevarme bien con todos, porque pasamos mucho tiempo juntos, y si no fuera así, sería una pesadilla. Hubo escenas en las que no paramos de reír, pero también estudiamos mucho para que fuera una gran experiencia. Soy buen amigo de Dwayne Johnson, nos gusta ser muy profesionales y ser obsesivos en el trabajo; además somos personas con mucho músculo... en la cabeza [risas].
¿Qué nivel de ego tienes al ser un actor con fama?
— ¿Lo dices por mis casi 40 millones de seguidores en — La comedia tiene una personalidad distinta, me gusta contar historias reales y eso implica un poco de dolor y tristeza. Hay muchas cosas graciosas, pero con componentes serios. Para mí, la comedia implica un reto, porque hay que sorprender. Muchos me comentan que siempre estoy tan serio, pero nada más abro la boca o hago una expresión, y la gente ya está con una gran carcajada, ese podría ser mi estilo.