NÚMERO UNO DEL MUNDO EN TRÁFICO: LA CIUDAD DE MÉXICO
La movilidad es un caso urgente para el mundo, ya que la población urbana –a partir de 2010– ha rebasado a la población de pequeñas ciudades o rural y esto se incrementa a pasos gigantes. En las zonas rurales se estima poca la baja de migración a ciudades, pero en las ciudades, el número de habitantes crecerá en los próximos 30 años como nunca.
Estamos viendo crecer edificios y menos metros cuadrados por habitante. En esta medida, la Ciudad de México fue calculada el año pasado con 49 mil 88 personas por kilómetro cuadrado (P/km2), superada por metrópolis como Shanghái, con 74 mil 370 P/ km2, o Nueva York, con 58 mil 530 P/km2, pero las personas en sus trayectos de vehículos son más eficaces en el resto del planeta que en México.
Quizás sí somos muchos, pero quizás también estamos mal organizados para complementar nuestro transporte diario y hacerlo más efectivo. Veamos.
El número uno
Esta semana tuve la oportunidad de asistir a la exposición de movilidad sustentable que ofrece el museo BMW en Múnich, Alemania, un inmueble que, por cierto, está considerado –en su conjunto con el famoso edificio de la compañía y su Mundo BMW– como el sitio cultural más visitado de la ciudad. Ahí mismo vi la gráfica de cómo la Ciudad de México es la número uno en congestionamientos de tráfico del mundo.
Es decir, los que vivimos en esta metrópoli poco circulamos y mucho estamos literalmente estacionados en las calles, avenidas y vías rápidas. En segundo lugar estaba Bangkok, seguida de Yakarta; en octavo lugar, Río de Janeiro, y en lugar 10, Pekín.
La gráfica mide el nivel en horas y porcentaje de las calles en congestionamiento total. En la Ciudad de México, se calculan 227 horas anuales de este tipo de tráfico, mientras que en Pekín son 179 horas.
Imagine, no hay día laboral en el que no vivamos sin un tráfico importante y, cuando estamos en el volante, sólo pensaremos que en realidad es el peor del mundo.
La siguiente pregunta quizá va a que hay muchos autos y por ello no nos movemos, pues esto podría no ser del todo cierto, pues acuérdese que muchos ya no circulan y, además, por cada mil habitantes, los países que más autos tienen por personas son Estados Unidos –con 821– la Unión Europea –con 581– China –con 118– e India –con 22–. La siguiente pregunta son las opciones de movilidad fuera del automóvil propio.
Cuando visita uno ciudades de alto nivel de población, de países con más vehículos por habitantes, se encuentra con soluciones que en la Ciudad de México no existen. Simplemente para llegar a esta exposición que le comento caminé dos cuadras por una banqueta que se complementaba con una ciclopista y luego un área de árboles antes de llegar al asfalto para autos; llegué a una estación de Metro donde estaban estacionadas, por lo menos, 100 bicicletas y algunas más motocicletas de quien vive un poco más lejos de la estación y ahí toma el Metro para ir a trabajar y de regreso toma su bici para llegar a su casa. Esto, claro, sin que dejara de haber flujo constante de coches en las calles. El transporte público pareciera estar pensado en rutas de mediana distancia a lugares más distantes donde vive la gente, quizás en poblaciones a 15-20 minutos de distancia, pero muy pequeñas y no están estorbando el tráfico del lado derecho de la vía, acercando a las personas a estaciones de Metro o lugares de trabajo.
Igual me pasó en el Auto Show de París, las ciclopistas abundan y son respetadas, y las estaciones de Metro subterráneo parecen llegar a todos lados en minutos, los autos eléctricos están conectados y listos para servir a quienes quieren ocuparlos por hora, las bicicletas compartidas de ciudad y servicios privados –por igual– están listas por todos lados y las motocicletas están en, por lo menos, 80% de las banquetas, que tienen ciertos metros de ancho. Es decir, lo multimodal es lo que está haciendo que se muevan las personas dentro de su ciudad y en la Ciudad de México parece que no lo estamos pensando a largo plazo así, sino en vías directas por una sola avenida o ruta recta, que poco conecta hacia los lados y, de verdad, no veo bicicletas estacionadas afuera de las estaciones de Metro, motocicletas fuera de los centros de trabajo, ni tantos usuarios de bicicletas en las zonas más alejadas.