LA AUSTERIDAD REPUBLICANA QUE NO LLEGÓ
Andrés Manuel López Obrador tomará protesta en menos de dos meses; sin embargo, la austeridad republicana que prometió no alcanzó a llegar al inicio de su gobierno. En efecto, como señaló el presidente electo en un mensaje a medios, él no se casó; sin embargo, cada acto que haga alguno de sus hombres cercanos le afectará de manera directa, porque –como ha mencionado– son un movimiento.
Parte de su discurso de campaña se encaminó a esa llamada austeridad republicana, esa en donde los políticos no derrocharían recursos, según AMLO porque eso sería un mal ejemplo. Pues el mal ejemplo llegó pronto y aunque ya se ha comentado mucho sobre la boda de su colaborador más cercano, César Yáñez, vale la pena hacer énfasis en la frivolidad de la política.
La ciudadanía está cansada de buena parte de la clase política. Esa que es ostentosa, la que charolea, la que utiliza guardaespaldas y derrocha recursos públicos o propios. Esa que cree pertenecer a otra clase social distinta, la que tiene privilegios, que vive con lujos, que se enriquece y que además lo presume en las revistas del corazón.
La crítica radica en que parte de la supuesta nueva clase política habría llegado con López Obrador, esa que se autonombró parte de un cambio, esa que nos vendió con discursos sería distinta. Al final, ellos también hacen público ese derroche de recursos, con ello le recuerdan a los ciudadanos que la política no se destruye, sólo se transforma y cambia de color.
Nos demuestran que son igual de insensibles que el resto de los partidos de siempre. Pareciera que ganando la elección se olvidaron los dichos y lo mencionado con anterioridad se convirtió en un anecdotario de campaña. Algún tipo de eslogan para conseguir los votos necesarios para por fin ganar una elección presidencial.
A los ciudadanos nos queda criticar, aún cuando se simpatice con ellos, porque nuestro país ya no necesita aplaudidores o porristas. Hay que subrayar los errores que los políticos cometan y pedir que no repitan, parte de nuestra responsabilidad como sociedad es observar lo que está pasando.