Luis Arce asume el poder en Bolivia y promete recuperar la paz en el país
Toma de protesta. La presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, no acudió al acto de traspaso de poderes
El economista de izquierda, Luis Arce, asumió este domingo como nuevo presidente de Bolivia –con la presencia del rey de España, Felipe VI, y el vicepresidente español, Pablo Iglesias– bajo la promesa de servir a “intereses colectivos” y tras criticar duramente la salida del poder de su mentor Evo Morales el año pasado.
Arce tildó de “brutal” y “golpista” al anterior gobierno transitorio de Jeanine Áñez por desconocer –según dijo– “la voluntad del pueblo” en las anuladas elecciones denunciadas como “dolosas” por la Organización de Estados Americanos (OEA). La convulsión política y social generada en las calles durante ese fallido proceso dejó al menos 36 muertos, entre opositores y seguidores de Morales. Áñez estuvo ausente en la toma de posesión.
Después de prestar juramento en una ceremonia en la sede del Congreso, Arce dijo que su quinquenio estará orientado a servir “al pueblo boliviano, a intereses colectivos y no a intereses mezquinos e individuales”.
Arce asume un país polarizado y marcado por el revanchismo desde la caída de Morales, y algunos analistas consideran que el nuevo líder de 57 años podría adoptar un estilo más moderado tomando en cuenta las difíciles circunstancias sociales y económicas que enfrenta el país de 11.3 millones habitantes debido a la larga crisis política y la pandemia.
“Parte de su tarea será sanar las heridas políticas de los últimos años y unir el país tras de un proyecto común”, planteó Michael Shifter, de Diálogo Interamericano, con sede en Washington.
Seguidores de Arce y organizaciones indígenas afines al nuevo mandatario armaron una colorida fiesta de danzas folclóricas en las afueras del palacio presidencial de La Paz para celebrar a su nuevo líder, mientras que en otras ciudades, bastiones de la oposición, se habían registrado desde hace días protestas en rechazo a la sucesión presidencial.