¿Gasolina o electricidad; electricidad o gasolina?
Esa parece ser la cuestión de los entusiastas de manejo y quienes necesitamos un vehículo para movernos, así la respuesta está a quien le preguntemos. Pero le puedo asegurar que a todos nos llegará esa pregunta próximamente en su decisión de compra y en algunos años ya ni siquiera será tema, por lo que hay que aprender de los eléctricos cuanto antes. El entusiasta de la gasolina se va a quedar por siempre, pero desgraciadamente va a tender a desaparecer en las próximas tres décadas, aunque en 2050 quizás la actividad de motor de combustión quede
sólo para los realmente aficionados a los pistones, la gasolina y las pistas. Hoy ellos mismos están viendo que la afición por el manejo no está en cómo generar la energía, sino en la entrega de ésta y en los autos eléctricos, que es mucho más directa, más abundante y cada día más emocionante. Habrá pronto generaciones que no metan velocidades de manera manual –los eléctricos no la necesitan–, que no vivan con gasolina alrededor y que su concepto de energía esté en un cable y no en una manguera. La aceleración de los eléctricos puede dejar de lado cualquier
emoción de los de gasolina, menos las reverberaciones y sonido del motor, el “clack-clack” de los cambios de velocidad en pista. Quien los conozca y le guste manejar, querrá ya tener uno, quien vea el ahorro y comodidad, desesperará por tener una opción propia eléctrica y poco a poco se materializan. Pregúnteselo y quizás por no haber hoy todas las opciones, no compra aún un hibrido enchufable o un eléctrico, pero en un par de años o para su siguiente financiamiento, seguro serán opción. Gasolina o electricidad, esa es la cuestión de esta tercera década del siglo.