Toneladas de heces de mascotas ‘asfixian’ a la CDMX
En la Ciudad de México sigue siendo un problema de salud pública la cantidad de heces fecales en las calles, pese a las multas vigentes
Especialistas de la UNAM opinan que más allá de imponer nuevas sanciones, deben concentrarse esfuerzos en campañas de responsabilidad y conciencia ciudadana
Cálculos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) apuntan a que en la Ciudad de México —en promedio— se respiran 480 kilos de heces fecales de perros al día, resultado de un millón 200 mil canes que deambulan sin hogar; sin embargo, la cifra se dispara por dueños irresponsables que no recogen los desechos de sus animales de compañía cuando salen de paseo.
Desde la misma institución educativa consideran que el excremento de mascotas en calles de la capital del país sigue sien ¥ ¢ £¥ þblica, pues siendo realistas, las multas existentes para quien evade este deber no se aplican.
Lo cierto es que las heces que son dejadas en las calles contaminan agua, alimentos y aire que es respirado por otros seres vivos, incluido el ser humano, pues después de que están un Î ¦Î þ © £ £bilidades: la primera, que el sol las solidifique convirtiéndolas en polvo y haciendo más fácil que el viento las lleve a varios lugares; la segunda, que la humedad y la lluvia disuelvan las heces permitiendo que se dispersen; en ambos casos el resultado es el mismo.
Entre las enfermedades que puede contraer el ser humano por medio de alimentos, agua o aire contaminado por heces, destaca salmonelosis, tuberculosis y cólera, las cuales pueden tener síntomas como dolor abdominal, diarrea, vómito, deshidratación, fiebre, dolor de cabeza, entre otros.
Responsabilidad y conciencia social
Juan Ramón Ayala, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, opinó —en entrevista con Publimetro— que para erra¢ £¤ ¢ £¥ þblica en la Ciudad de México ‘no hacen falta más dientes a las leyes, sino que se apliquen las existentes, pero sobre todo concentrar esfuerzos en la responsabilidad y conciencia social’.
“El problema no son las sanciones, sino que todavía como sociedad no nos cae el veinte de la importancia que puede tener esto para la comunidad y desgraciadamente el impacto a la salud ahí está presente”, aseguró.
Recordó que desde la UNAM han señalado que, si no hubiera luz eléctrica en la ciudad y si las heces fueran luminosas, podríamos alumbrarnos con ellas por las noches.
Agregó que la educación y la promoción para la salud deben ser prioridad para las autoridades, por medio de campañas en las que se difundan los problemas que se derivan por no recoger las heces fecales de animales de compañía en las calles.
En tanto, desmintió el mito de que el excremento de perros y gatos sirva como abono y explicó que el correcto desecho debe hacerse a través de bolsas biodegradables y en depósitos de basura o especiales, que ya empiezan a observarse en algunas zonas como parques.