#CONFIDENCIAL
Sergio Kurt Schmidt, amigo de muchos pero negado por varios, salió libre por inconsistencias en su proceso. Acusado de ser operador de un cártel, Kurt tenía años figurando en la política con bajo perfil. Empoderado durante la administración de Emilio González Márquez por una vinculación personal, tuvo influencia en varias decisiones en materia política. La mano de Kurt estaba ahí presente. A veces se le veía en los pasillos del Congreso, u oficinas de gobierno porque todos lo conocían, ya fueran del PRI, PAN, Verde o Movimiento Ciudadano. Tras su captura, el Gobierno estatal buscó aprovechar las acusaciones para dar un golpe a Emilio González Márquez y de paso a Enrique Alfaro, quien desde el 2012 cuenta con el apoyo del ex gobernador. Lo primero que hicieron fue destacar su relación con Emilio y esperar que la opinión pública hiciera lo suyo, pero la estrategia no fue el trancazo que esperaban. Ahora, las autoridades tienen una “papa caliente” en la mano porque no sólo demostró que no pueden integrar una averiguación previa de forma decente, sino que los obliga a reconocer que mucha de la algarabía alrededor de este personaje tenía un objetivo político.
Alfonso Hernández Barrón,
nuevo ombudsman de Jalisco, llegó haciendo los primeros cambios “necesarios” al organismo: anunció una política de austeridad y prometió una reestructuración para reducir la nómina. Cambios “necesarios”, pues le ayudarán a deslindarse (aunque sea de momento) de su antecesor Felipe de Jesús Álvarez Cibrián. Sin embargo, a decir de activistas y miembros de organismos, en el fondo no habrá transformación: señalan que salvo la salida de algunos administrativos de peso, decidió mantener en sus puestos a cuatro de los seis visitadores que laboraron en tiempos de Álvarez Cibrián, así como al director administrativo Paulo Colunga Perry. Además, afirman que su plan de adelgazar la nómina será difícil de concretar, pues muchos recomendados (parejas sentimentales, familiares, novias, ahijados y amigos de políticos) los protegieron colocándolos en plazas sindicalizadas, con la anuencia del líder Iram Peña. El tiempo dirá si hay un cambio.